Su novela más famosa es “Las cuatro plumas” publicada en 1902 y escrita después de dedicar un largo período de tiempo en Sudán recorriendo las zonas donde trascurre la novela para situarla bien. Murió en 1948 y pasó a ser uno de los escritores que desaparecen de escena hasta que son rescatados y colocados en el sitio que se merecen.
Como escritor de novelas policiacas, dio vida al inspector Gabriel Hanaud de la Sûreté francesa, con sede en París, contemporáneo al Sherlock Holmes de Conan Doyle, aunque el tratamiento de los dos personajes y de sus creadores ha sufrido una suerte desigual y Hanaud fue sumido en el olvido. Con el paso de los años se ha acabado reconociendo la originalidad de Mason y ha pasado a ser considerado el primer autor de la novela policiaca moderna.
La serie de Hanaud, comenzada en 1910, está formada por cuatro títulos y “La casa de la flecha” es el segundo que se publica en España. No solo es una novela de misterio en la que desde muy pocas pistas se llega a la resolución del caso basándose no únicamente en la intuición sino en un análisis racional de los datos que van apareciendo.
El caso aparentemente es sencillo, una mujer mayor, viuda, y con una considerable fortuna aparece muerta y comienza la disputa por la herencia y la acusación de que la principal beneficiaría, una sobrina, ha asesinado a su tía. Se traslada desde Londres a Dijon un abogado joven del bufete que ha llevado todos los asuntos de la familia y a la vez, también viaja Hanaud para hacerse cargo del asunto y determinar que no ha sido una muerte natural, sino que ha sido asesinada. Hanaud que viaja con otro objetivo que el del asesinato, que solo es una circunstancia para encubrir su objetivo verdadero, contará con el joven abogado para servirle de contrapeso, como ya hizo en su novela anterior con otro personaje inglés secundario.
Como toda novela, auténticamente policiaca los personajes están bien elaborados y Mason penetra en su personalidad y en su forma de ser, que es uno de los grandes valores de la novela que se aleja de todo tipo de estereotipos y superficialidades. El mismo inspector queda muy bien diseñado tanto físicamente como intelectualmente, siendo la contraposición intencionada con Sherlock Holmes y apareciendo como un personaje muy humano, poco estrambótico y muy sociable.
El ritmo de la novela es muy de la época, lento comparado con la novelística actual y en algunos casos puede aburrir, pero el conjunto es excelente y no defrauda en absoluto.
La casa de la flecha
A.E.W. Mason
Espuela de plata (2023)
454 págs.