Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre de este año, los últimos disponibles, 759.900 parados en España, llevaban 2 o más años buscando empleo y de ellos, prácticamente la mitad, 361.600, tiene más de 50 años.
Aunque las cifras absolutas se han reducido en un escenario de fuerte creación de empleo, su peso sobre el total de desempleados de larga duración no para de subir: en el segundo trimestre de 2022, suponían el 44% y antes de la pandemia, en el mismo periodo de 2019, el 42%. De forma general, los parados de larga duración suponen el 27,5% del total -que se situó en 2.762.500 tras un fuerte descenso trimestral de 365.300 personas-, pero su proporción escala en los grupos de más edad.
Al detalle por franjas a partir esa barrera de los 50, el grupo más numeroso es el de 55 a 59 años, con 309.600 parados, y de ellos, 132.700, el 42%, con 2 o más años buscando empleo. En edades superiores, el peso del paro de larga duración llega al 60%.
En total, en España hay 838.400 parados de más de 50 años, suponiendo el 30% de la cifra global, un porcentaje que se ha multiplicado en la última década: en 2013, con elevados niveles de desempleo, solo el 18% de los parados superaba esa edad. Y aunque, en un momento de fuerte recuperación del empleo, el desempleo también se ha reducido en este colectivo de parados mayores de larga duración -son 194.500 menos que un año antes- lo ha hecho a menor ritmo que la cifra general y que entre otras franjas de edad.
Entre las medidas que se plantean para abordar esta situación, está el desarrollo de unos incentivos adecuados para la contratación de mayores de 45 años, con bonificaciones a la Seguridad Social, cambios en la formación para el empleo y los contratos formativos o ayudas al emprendimiento sénior. «Es un problema estructural en el que las soluciones no son fáciles y hay que luchar contra un enorme prejuicio contra el talento sénior», resume desde Adecco.
«Son los poderes públicos los que pueden y deben configurar el marco adecuado para aprovechar la capacidad y potencial de los mayores de 55 años», reclamaba recientemente el presidente de Fundación Mapfre, Huertas.
De todos los parados que llevan más de 2 años buscando empleo, el 55% son mujeres, y entre los mayores de 50 ellas también son mayoría. «El paro sénior tiene una evolución más intensa en el caso de las mujeres», subraya el citado estudio de Mapfre, que señala algunas vías para mejorar esta situación. Entre ellas, destaca la mejora de la formación continua, fomentar con recursos públicos nuevos programas de recualificación profesional y apoyar el emprendimiento sénior.