El Consejo de Ministros, a propuesta de la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Ribera, aprobó este martes los Planes de Ordenamiento del Espacio Marítimo (POEM) en los que se identifican cuatro zonas de alto potencial para el despliegue de la eólica marina con 19 ‘polígonos’ y se reservan 5.000 kilómetros cuadrados para su puesta en marcha.
Diversas fueron las reacciones a los planes anunciados por la ministra. Sobre todo, desde el sector de la pesca, que ha calificado el plan como «el mayor ataque que han sufrido en toda la historia la pesca y los ecosistemas marinos». Todo ello, a pesar de que Ribera asegurase tras el Consejo de Ministros que existía «consenso» entre todos los departamentos ministeriales con competencias en el mar, las comunidades autónomas costeras, los sectores implicados y la sociedad civil. Teixeira, portavoz de la Plataforma en Defensa de la Pesca y los Ecosistemas Marinos, agrupación llamada ‘Manifiesto de Burela’, cuando nació en 2021, y asesor jurídico de la Federación Nacional de Cofradías de Pesca, ha sido tajante con La Información: «El POEM es un ataque histórico, el mayor que ha habido nunca, para la pesca y los ecosistemas marinos”, ha sentenciado. «Es inconcebible que se reserven para la energía eólica marina 5.000 kilómetros cuadrados en las costas españolas, más de 2.500 en el noroeste peninsular, en el eje Atlántico-Cantábrico», donde la zona más lejana identificada por el POEM está a 31 kilómetros de la orilla y la más próxima, a 21 kilómetros, mientras que en Canarias existen partes que están 1,85 kilómetros de distancia, “sin saber cómo afectará esto a la pesca y a los ecosistemas marinos”.
En Canarias hay zonas que están a 1,85 kilómetros de distancia y «no se sabe cómo afectará esto a la pesca y a los ecosistemas marinos»El sector pesquero ha rechazado de plano la palabra “consenso” a la que aludía la ministra: «Está claro que a nosotros no nos han hecho ningún caso», ha asegurado Teixeira, para agregar que el Gobierno «ha sucumbido y se ha ‘vendido’ a los lobbies energéticos, a las eléctricas, a la eólica… Este Ejecutivo se llena la boca hablando del Acuerdo de París y luego no hace nada en defensa de la pesca sostenible ni de los ecosistemas marinos. Todo es postureo».
La Plataforma ha explicado que en el eje Noratlántico-Cantábrico hay “más de 300 caladeros de pesca identificados” y muchos de ellos son “invadidos” por estos espacios reservados por el Gobierno para la eólica marina. Además, ha señalado Teixeira, “están las especies pelágicas como la anchoa, sardina, bonito, caballa, jurel… que se mueven constantemente por toda la plataforma continental que pretenden llenar de aerogeneradores”. Por ello “se pone en riesgo el modo de vida de miles de pescadores y de la gente del mar y campañas tan importantes para el sector como las del bonito y de la anchoa o bocarte, que son gran parte del sustento del sector a lo largo del año”.
Por ello, los pescadores anuncian que “no vamos a parar y seguiremos en nuestra lucha para defender al sector” y “esperamos que haya en el Gobierno alguien con dos dedos de frente que pare este atropello. Porque, repito, no se pueden reservar 5.000 kilómetros cuadrados para el desarrollo de la energía eólica sin tener en cuenta las consecuencias que ello tendrá para otras actividades como la pesca o la conservación de los ecosistemas marinos”.
El ‘Manifiesto de Burela’ viene explicando desde su constitución hace más de un año que “las plataformas continentales de los mares Báltico y del Norte, donde han sido instalados muchos parques eólicos marinos, son mucho más anchas que la del Cantábrico, que en el mejor de los casos alcanza los 35 kilómetros mar adentro (para que nos hagamos una idea, la profundidad media de todo el mar Báltico ronda los 55 metros y prácticamente todas las aguas del mar del Norte tienen profundidades menores a los 200 metros)”.
El Cantábrico “se diferencia en eso de aquellos otros mares europeos (su plataforma continental es incomparablemente más estrecha) y se diferencia, además, en que contiene (en esa estrecha plataforma) una extraordinaria riqueza biológica”. Solo la flota que faena en el Cantábrico-Noroeste -explican desde Manifiesto de Burela- “está compuesta por casi 5.000 embarcaciones, número muy superior al registrado en Dinamarca (2.034), Bélgica (64), Países Bajos (839) o Alemania (1.293 barcos), países todos ribereños de los mares Báltico y del Norte. Según la plataforma Manifiesto de Burela, ahora Plataforma en Defensa de la Pesca y los Ecosistemas marinos, “hasta el 95% de la actividad pesquera que desarrollan las flotas gallega, asturiana, cántabra y vasca tiene lugar ahí, en la plataforma continental cantábrica”. Y por eso los pescadores adheridos a este Manifiesto dicen “no” a la instalación de parques eólicos marinos en una franja que apenas alcanza los 35 kilómetros de anchura en su punto mayor y que tiene 300 ricos caladeros de pesca.