Esto ha llevado a patronal y sindicatos a reprochar que el servicio prestado sigue siendo deficiente, dado que opera como un registro de parados y no como agencia de colocación. Los datos publicados por el SEPE respaldan este diagnóstico ya que solo un 4,8% de los parados que encontraron empleo en el mes de septiembre lo hicieron a través de una oferta facilitada por las oficinas dependientes de la cartera de Díaz.
No obstante, el caso se agrava al poner el foco en los desempleados sin estudios, que a su vez son los que más dificultades encuentran a la hora de reincorporarse a un mercado de trabajo que fundamentalmente demanda mano de obra cualificada. Apenas 89 de los 5.491 parados que se habían registrado en las oficinas del SEPE con demandas activas consiguieron colocación en septiembre gracias a una oferta de empleo que habían recibido a través de las oficinas del servicio público de empleo.
Es decir, son apenas un 1,62% del total de parados inscritos con este nivel de formación, puesto que otras 5.402 personas accedieron a un empleo sin oferta previa del SEPE. Además, el porcentaje es especialmente reducido en el mes de septiembre -algo que también ocurrió en 2022- de manera que se marca un mínimo desde comienzos de 2023, ya que en los meses de abril, mayo y junio se situó en el entorno del 5%, lo que se aproxima a la media general, con independencia del nivel de estudios adquirido.
Los meses previos al verano son los que reflejan una proporción mayor de ocupados con demanda activa que tenían una oferta previa pero no estudios -con un máximo de 6,6% en abril- lo que presumiblemente está vinculado a la temporada alta del turismo en la que el importante número de vacantes de hostelería puede elevar la contratación de estos perfiles, ante la escasez de trabajadores especializados.
En este contexto, la Red Europea de los Servicios Públicos de Empleo en su último informe, en el que España no logra el aprobado en ninguno de los indicadores, hacía especial referencia al reducido volumen de colocaciones directas a través de ofertas gestionadas por las oficinas públicas, obteniendo un 0 en la categoría «relaciones entre las oficinas y los empleadores», aspecto en el que algunos países vecinos como Francia y Alemania obtuvieron una puntuación que alcanzaba el notable.
Este documento reflejaba otra de las claves y es que el problema afecta tanto a demandantes de empleo como a empresas, dado que si los primeros recurren a otros portales de empleo privados o a su red de contactos con el objetivo de encontrar un puesto de trabajo, los empleadores actúan en la misma línea. Cepyme, la patronal de las pequeñas y medianas empresas, puso sobre la mesa que apenas un 9% de las compañías de menos de 250 trabajadores recurrían al SEPE para buscar candidatos, de acuerdo con un sondeo interno.
Si bien, el problema del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) trasciende de la escasa capacidad de colocación de desempleados, puesto que su actividad es mucho más intensa en lo que se refiere a sugerir cursos de formación. Sin embargo, estos no siempre casan con lo demandado por las empresas o incluso con el sector económico en el que persona tiene experiencia profesional o estudios previos. Para CEOE este será uno de los focos de los próximos cuatro años, puesto que ha identificado que el número de vacantes sin cubrir constituye una de las principales preocupaciones de sus asociados y la educación pública, no solo la dirigida a parados, puede marcar un hecho diferencial en este sentido, como reconocen que ha probado la puesta en marcha de los grados de FP dual.