En ese contexto, las numerosas encuestas publicadas reflejan ciertos avances en las filas socialista y un enorme frenazo en las aspiraciones populares. En efecto, de acuerdo con la media de los estudios publicados en distintos medios, el PSOE pasa de una estimación media en la última quincena a ascender a los 104 diputados para el Congreso. Ello, con una intención de voto del 26,85% para el actual presidente del Gobierno. Casi medio punto más que la semana pasada. Por su parte, la candidatura deNúñez Feijóo, del PP, se mantiene estabilizada.
Desde finales de mayo y durante todo junio, independientemente los altibajos que evidencian las distintas mediciones, el popular no se ha movido de los 139 escaños proyectados para la nueva cámara baja. Ahora, la horquilla es de 138-139 y una estimación de un 33,55% de respaldo en las urnas. El propio Feijóo se ha puesto un listón de 160 hoy, en una entrevista en Telecinco. Un reto difícil teniendo en cuenta que como él, Vox se mantiene firme.
Los de Abascal conseguirían 38-39 parlamentarios. Doce o trece menos que en la anterior convocatoria. Sería la segunda fuerza que más pierde por detrás del PSOE, que se sigue dejando 16 escaños. Con un porcentaje de apoyo de 14,1 puntos, junto al PP, ambos se instalarían en los 176-178 representantes. Eso deja más que abierta la competición entre el bloque de la derecha y la izquierda con el nacionalismo. En ese polo se encuentra Sumar, que, como PP y Vox, no ha cambiado de atribución en todo junio desde la confirmación del pacto entre Díaz y Podemos. Lograría 33 diputados, (13,05%) dos menos que Unidas Podemos en 2019. Algo destacable, dado que entonces la coalición solo integraba a Podemos, IU, y los comunes, y ahora ha adherido a Compromís o Más País, quienes independientemente lograron tres más. Junto al PSOE, la suma de la izquierda sería de 137, 16 menos que la actual mayoría simple del Ejecutivo.
Nuevos pactos con ERC, PNV y EH Bildu darían a Sánchez entre 155-160, por lo que tendría que dar entrada a nuevas formaciones, si es que ello es posible, puesto que los pactos no siempre son factibles.
Así que a los de Feijoo, no les queda mas remedio que apretar los dientes y tratar, por todos los medios de cerrar un bloque con capacidad numérica para formar gobierno, mientras que los socialistas parecen obligados a bloquear cualquier opción a base de sumar todo tipo de grupos y grupitos y así llegar a un nuevo monstruo, ya veremos como se le llama que logre mantener a Sánchez en la Moncloa.