La realidad es que hay muchas cuestiones que tratar antes de poder llegar al soñado por todos, «pleno empleo». La caída de varios indicadores como el PMI, el índice de producción industrial, el consumo eléctrico o la concesión de créditos, son solo una muestra de las cuestiones que hay que solventar antes.
Es más, según algunos economistas, incluso somos el país con mayor aumento de riesgo de exclusión, ya que la convergencia con Europa ha retrocedido del 90 al 85% en términos del PIB per cápita. El déficit público alcanza casi el 5%, es por tanto uno de los más elevados de la Unión Europea, por lo que ya, tampoco estamos entre las primeras 50 naciones en el índice de libertad económica y somos el quinto país por la cola de la OCDE en competitividad fiscal.
Por otra parte se están hinchando a decir por activa y por pasiva que España lidera la recuperación europea y eso es una verdad a medias. Si en lugar de analizar los datos recientes, el análisis se realiza con una perspectiva de varios años, por ejemplo, un periodo de los últimos cinco años, la realidad es totalmente distinta. La cuestión es que la recuperación es un ligero espejismos, existe, si pero se produce por la tardía recuperación de España, que otros países de la Unión Europea ya expoerimentaron hace uno o dos años atrás. .
En definitiva, este crecimiento que mencionan, es solamente la consecuencia de una recuperación tardía; durante el primer trimestre de 2023 crecimos apenas un 0,5% y en el segundo otro escaso 0,6%. Parece que crecemos más que ellos, porque cuando los europeos se recuperaban nosotros no lo estábamos haciendo. La prueba de todo ello es que , por ejemplo, la deuda española ha triplicado la deuda existente en la Unión Europea. Es decir, España no crece se endeuda y eso si que lo hacemos como una moto