Las caídas que registra este lunes el ‘oro negro’, del 1,5% de media (el Brent cotiza en 68 dólares y el West Texas en 66 dólares), son, según opinan los expertos, solo una muestra de la delicada situación en la que han puesto al mercado los productores. Tal y como explican, el crudo está ahora en una «encrucijada».
Así lo cree Stephen Innes, socio director de SPI Asset Management, que dice que la decisión de Arabia Saudí, Rusia y otros seis países (Irak, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Kazajistán, Argelia y Omán) de poner en el mercado 547.000 barriles más al día en septiembre no ha sido solo algo «simbólico», sino «una maniobra de poder destinada a recuperar cuota de mercado y, intencionalmente o no, ofrecer un impulso al presidente Trump mientras se dirige a un ciclo electoral de mitad de mandato buscando mantener los precios de la gasolina controlados».
«En términos comerciales, la OPEP+ acaba de poner las cartas sobre la mesa, pero nadie sabe con certeza qué cartas jugará a continuación», remarca Innes, que cree que al cerrar la última página de su plan de recortes de producción de dos años, «en lugar de ofrecer una solución definitiva, ha llevado a los operadores de crudo directamente a una encrucijada». ¿Por qué? Muy sencillo, porque la clave ahora está en el destino que se dará a los 1,66 millones de barriles diarios que aún faltan por asignar del total de 2,2 millones de barriles que se redujeron en el masivo recorte orquestado en 2023 por los productores. «Aún se mantienen fuera del mercado hasta al menos 2026, y su destino sigue siendo un misterio», recuerda Innes.
En estos momento, Goldman Sachs y JP Morgan se inclinan por una pausa táctica: no esperan más subidas por ahora, solo una cautelosa espera. Mientras tanto, la mayoría de los operadores encuestados por Bloomberg coinciden al señalar que es probable que el próximo paso de los productores sea no hacer ningún movimiento.
En este sentido, el analista recuerda que el presidente de EEUU, Donald Trump, «está aumentando la presión sobre Moscú, amenazando con sanciones secundarias a los clientes petroleros rusos a menos que se materialice un alto el fuego» en Ucrania. «¿El mensaje? La diplomacia del crudo ha vuelto, y viene cargada de sanciones», lo que «pone a la OPEP+ en una situación muy delicada, atrapada entre las demandas de Washington de un petróleo más barato y el imperativo político de mantener la unidad con Rusia».
El grupo de productores «se encuentra en una situación delicada, moviéndose entre la economía y la geopolítica, la cuota de mercado y los precios de mercado, los aranceles estadounidenses y las sanciones rusas», por lo que lo que ocurra en septiembre será clave.