Así lo explica su presidente, Marc Puig, en La Vanguardia y en el Financial Times- “Estamos en una fase de reflexión, todavía no se ha tomado ninguna decisión”, subraya el ejecutivo. Pero sobre esa reflexión, despliega las posibilidades que tiene la compañía. “Una sería abrir el capital, y eso podría significar un accionista de capital riesgo; podría significar un accionista a mucho mayor largo plazo, o podría significar el mercado”, dice Puig. Siempre bajo la premisa de que la familia seguiría controlando la compañía, como los casos d Hermès o Prada, empresas que salieron al parqué pero cuyas familias fundadoras siguieron al frente de las mismas.
Sin embargo, las compañías familiares pueden correr el riesgo de caer en la autocomplacencia, al no tener que medir su rendimiento y sus decisiones ante el mercado de forma recurrente. Algo que enfatiza en los periodos de sucesión entre generaciones. “Las dificultades pueden aparecer, especialmente en la transición entre generaciones. La búsqueda de un liderazgo, la falta de entendimiento, una pérdida de pasión… Ser medible ante el mercado trae una disciplina y un rigor que asegura que esos problemas no surjan”, dice en la entrevista en el FT, y ahonda. “A veces los negocios familiares pueden perder su posición en el mercado. Pueden empezar a morir lentamente y sin que nadie dentro de la compañía se de cuenta. Si respondes ante el mercado, esas cosas pueden detectarse”.
Sin embargo, Puig no marca un plazo para tomar decisiones sobre la estructura del capital. Explica que la actual forma de organización elegida por la tercera generación, encabezada por él, “ha funcionado y seguirá funcionando unos cuantos años más”, pero se pregunta en La Vanguardia “si esta solución servirá para la siguiente generación y eso ha disparado la rumorología”. La decisión “está ligada a la transición generacional y eso no pasa en un día, pasará en la próxima década, no sé cuándo”.
De momento, la compañía ha cambiado ligeramente su estructura corporativa, convirtiendo su sociedad matriz, Puig Brands, en sociedad anónima. Algo que explica por el interés de la compañía en elevar a 14 el número de miembros del consejo de administración, con más presencia de la familia. “Y una sociedad anónima da más flexibilidad con respecto a otras posibilidades de futuro.
La compañía catalana vive un momento de importante crecimiento. En 2022 logró los mejores resultados de su historia, con unos ingresos de 3.620 millones, un 40% más que en 2021; un ebitda de 638 millones, un 37% más; y un beneficio neto de 400 millones, un 71% por encima del ejercicio anterior. La firma, muy activa en adquisiciones en los últimos años, espera superar los 4.000 millones al cierre de este ejercicio.