En efecto, en septiembre, el índice PMI del sector manufacturero revirtió tres meses de caídas y aumentó hasta los 53 puntos, el mayor registro desde mayo. De igual manera, el índice PMI del sector servicios repuntó con fuerza, situándose en 57 puntos, el mejor dato desde abril de 2023. Por otro lado, el índice de producción industrial cayó un 0,1% intermensual en agosto (–0,4% en julio) en términos desestacionalizados, con un retroceso generalizado entre las diferentes categorías del índice (bienes de consumo, de equipo, intermedios o energía).
Por otra parte, la creación de empleo en España se modera levemente en septiembre. La afiliación a la Seguridad Social creció en septiembre en 8.805 personas, un 0,04% intermensual, un ritmo ligeramente inferior al habitual en un mes de septiembre: el año pasado aumentó un 0,09% y un 0,08% en el promedio de dicho mes en el periodo 2014-2019. En términos desestacionalizados, el empleo anota una subida de 22.220 afiliados, de modo que el 3T cierra con un crecimiento intertrimestral del 0,3%, por debajo del 0,8% del 2T, lo que confirma la pérdida de dinamismo del mercado laboral. Por otro lado, la destrucción de empleo sí muestra una mayor resiliencia, y el paro registrado creció en el mes en 3.164 personas, muy por debajo del aumento habitual en un mes de septiembre (21.801 de media en 2014-2019) y del dato de septiembre del año pasado (+19.768).
El fuerte incremento de la renta bruta disponible de los hogares en el 2T favorece el aumento de la tasa de ahorro española. El crecimiento de la renta bruta disponible en el 2T (8,7% interanual, dato sin ajustar) fue muy superior al del gasto de las familias (6,7%). Ello, sumado a una revisión al alza de toda la serie histórica de la renta bruta, llevó a que la tasa de ahorro (acumulada de cuatro trimestres) alcanzara el 13,4% de la renta bruta en el 2T, por encima del 12,8% del 1T y claramente superior al promedio 2014-2019 (del 7,3%).
En los mercados financieros, han mostrado la aversión al riesgo en el mercado, motivada por el recrudecimiento de las tensiones entre Israel y el Líbano, si bien el foco inversor fue variando a medida que avanzaba la semana y una escalada que involucrase también a Irán parecía volverse menos probable. Así, en el mercado de materias primas, el petróleo repunta con fuerza en la semana (cerca del 8% o 5 dólares por barril en la referencia europea Brent) arrastrando igualmente al alza otros bienes energéticos, como el gas natural. En cuanto a los tipos de interés, en EE. UU. la rentabilidad de la deuda soberana termina al alza la semana, después de que unos datos de empleo mejores a lo esperado permitieran revertir las caídas desatadas por el riesgo geopolítico. Este comportamiento también se explicó por las declaraciones de Powell a principios de semana, en las que explicó que la Fed no acelerará más las bajadas de tipos si el mercado laboral no muestra signos de enfriamiento adicionales. Por otro lado, en la eurozona, la rentabilidad de la deuda soberana permaneció plana en la semana, mientras que los tipos del mercado monetario acumularon cesiones.
En el caso europeo, los buenos datos de inflación de septiembre, así como varias declaraciones de miembros del BCE en la semana con un tono más proclive a un recorte de tipos en octubre, contrarrestaron el efecto en los tipos del riesgo geopolítico y el potencial impacto inflacionista de las subidas del crudo. En cuanto a la renta variable, la semana termina con pérdidas generalizadas en la mayoría de los índices mundiales, destacando de forma particularmente negativa el CAC 40 francés, lastrado por las malas perspectivas fiscales del país. La casi única excepción a las caídas ha sido la bolsa de Hong Kong (con las bolsas chinas cerradas por ser festivo esta semana), que ha continuado capitalizando las medidas de estímulo anunciadas a finales de septiembre.
Por último, en el mercado de divisas, el dólar se ha beneficiado de su condición de activo refugio para apreciarse en la semana. Parte de ese fortalecimiento, no obstante, se explica también por la debilidad del yen, motivada por unas declaraciones del primer ministro nipón aludiendo a que sería deseable que el Banco de Japón retrasase nuevas subidas de tipos.