Moncloa garantiza así, el endurecimiento de la tasa a la banca y la imposición de un impuesto con un tipo mínimo del 15% a las multinacionales. Y es que Podemos, finalmente ha apoyado el paquete tributario, después de 72 horas frenéticas.
Tras muchos tiras y aflojas, el Ejecutivo se compromete a aprobar una proposición de ley antes del 31 de diciembre para impulsar un impuesto a las grandes energéticas. Si no se logra sacar adelante, el acuerdo con Podemos exige la aprobación de un real decreto. En paralelo, Hacienda ha arrancar el voto a favor de ERC, Bildu y BNG al texto durante la madrugada del lunes, a cambio del compromiso de que el Consejo de Ministros aprobara un real decreto con el impuesto a las energéticas.
De esta forma, el Ejecutivo encaja la última de las piezas de un complejo puzzle parlamentario que le permite salvar la norma y cumplir con Bruselas. El proyecto de ley aprobado por el Congreso formaliza la transposición de la directiva europea sobre el impuesto a las multinacionales, y satisface el hito pendiente que desatasca el quinto tramo de los fondos europeos, liberando 7.200 millones de euros. También afianza el plan fiscal estructural que Economía envió a Bruselas, y que fía el cumplimiento de las reglas europeas a la aprobación de una reforma fiscal capaz de recaudar 4.500 millones de euros más cada año.
A los ingresos del impuesto a la banca y el tipo mínimo del 15% a las multinacionales, Hacienda sumará los procedentes de las correcciones técnicas en el impuesto de sociedades por las modificaciones introducidas por el exministro Montoro en 2016, y que fueron tumbadas por el Constitucional, los que generará el impuesto a los cigarrillos electrónicos y el aumento de la tributación a las labores del tabaco, y los cientos de millones que la Agencia Tributaria ha venido perdiendo cada año por el fraude en el IVA de los hidrocarburos. En total se estima que el paquete aprobado podrá generar una recaudación cercana a los 4.000 millones de euros anuales.