Y es que la situación de debilidad y la comprobación de ella es un fenómeno que no llama la atención por frecuente pero que cada vez que se produce es un a nueva muesca en el trasero del don Pedro que, sabe que puede aguantar hasta las próximas elecciones en el poder, pero que para ello va a tener que sufrir un desgaste que para muchos puede convertirse en su gran error.
Claro que puede aguantar hasta 2027, entre otras cosas porque sus socios de investidura quieren seguir chupando de la teta que les proporciona su voto de apoyo, tal y como cada dia recuerdan los de Junts a Sánchez siguiendo las ordenes de Puigdemont, pero una cosa es llegar y otra analizar las condiciones en que llegara. Dos cosas distintas y complejas.
El ridículo parlamentario de hoy con un Psoe que se queda solo y va a tener difícil aplicar a los salarios mínimos la imposición fiscal que quiere Montero y Sánchez apoya y por la que se ha montado el numerito de Diaz quejándose de .o mal que la tratan en el Gobierno, no tiene parangón, hasta los de Belarra les ningunean y les hacen pagar su traición con el no impuesto a las energéticas sumándose a los que votaran en contra de su aplicación del IRPF al SMI.
Y además se unen a los otros grupos que han presentado proposiciones de ley para tumbar que el mínimo siga estando exento. Y lo peor de todo es que todos los parlamentarios son conscientes del deterioro, aunque algunos implicados como
el ministro de Derechos Sociales, Bustinduy, traten de quitar importancia al enésimo desencuentro entre Sumar y el Psoe. «Solo sirve para el comentarismo y para llenar horas de tertulias y debates», ha asegurado el de Sumar, que ha insistido en que «lo importante» es la nueva subida del SMI pactada por Díaz y los sindicatos días atrás.
Y por si acaso no fuera suficiente con su soledad, don Pedro puede ver como, Sumar se adhiere al movimiento del resto de grupos de la izquierda o contemplar como desde Génova avalar la iniciativa de Díaz con la única intención de evidenciar la «soledad parlamentaria de Sánchez». De hecho, los de Yolanda Díaz dan por hecho que el ala socialista del Gobierno se verá forzado a dar marcha atrás y aceptar la exención del IRPF, antes de exponerse a perder una nueva batalla parlamentaria con todo el hemiciclo en su contra.
En este sentido el portavoz de ERC ha sido muy claro, «Me van a permitir – ha dicho desde su escaño- que sea maleducado; le he pedido al PSOE que deje de cagarla».