Las razones principales son porque no están en condiciones de ser habitadas y en porcentajes más minoritarios aparecen las preocupaciones o miedos frente a impagos, ocupaciones o destrozos en la vivienda. Es fundamental que se implementen políticas efectivas para incentivar la ocupación de estas viviendas como incentivos para la rehabilitación y alquiler de estas propiedades”, comenta María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa.
Cuando se analiza la existencia de viviendas vacías conviene tomar en consideración las posibles causas que provocan esta circunstancia. Así, un 16% la mantiene vacía porque tiene una persona próxima que planea mudarse a ella en breve; otro 14% necesita acometer reformas previas a una venta o alquiler. Se trata del mismo porcentaje que el de los propietarios que aseguran que tienen el inmueble desocupado porque lo han heredado y no se ponen de acuerdo con el uso que se le va a dar.
Además de estas tres cuestiones anteriores, las otras causas más indicadas son, según Fotocasa, en primer lugar, que la vivienda se encuentra en venta desde hace menos de un año. Por otro lado, existe un 9% que defiende que su vivienda se encuentra vacía porque está en obras; un 7% la mantiene sin uso por desconfianza, temor a que los inquilinos no paguen o maltraten el inmueble; y otro 7% se excusa en el miedo a no poder recuperar la vivienda en caso de impago.
Las preocupaciones asociadas a tener una vivienda vacía continúan estando relacionadas, como ya sucediera en 2023, con la seguridad. Es decir, con el riesgo de ocupación del inmueble, el temor a que entren a robar en él, etcétera, pero también con el coste que supone tener una vivienda vacía, y con el deterioro que puede sufrir la vivienda por su abandono. Por segmentos de edad es el colectivo más senior (de 55 a 75 años) el que se muestra muy preocupado por tener una vivienda vacía.
Aunque el temor a la ocupación continúa en lo más alto de la clasificación, el porcentaje de los que comparten este miedo desciende desde el 49% de 2023 al 43% de doce meses después. El coste que supone mantener una vivienda vacía es también la principal preocupación (43%), seguido de un deterioro de la vivienda (41%), que entren a robar o que se agraven pequeños desperfectos, ambos igualados en un 29% como preocupación para los propietarios.
Un 31% de los propietarios que tienen alguna vivienda vacía la mantiene en esas condiciones desde hace más de cinco años; otro 12% asegura que esta es la situación del inmueble desde hace entre 2 y 5 años. La suma de unos y otros proporciona como resultado que un 43% (eran el 48% en 2023) de los propietarios que tiene una vivienda vacía asegura que lleva así más de dos años, que es el plazo que figura en la ley de vivienda como necesario para que, si se cumplen el resto de las condiciones, los ayuntamientos puedan imponer un recargo en el IBI.
En consecuencia, hay otro 57% (frente al 52% de 2023) de propietarios que señalan que la vivienda que tienen vacía lleva sin usarse menos de dos años.