Dichas plataformas serán las que utilice el grupo para fabricar todos los coches eléctricos nuevos que saque a partir de 2025. Por ello, traer dichas plataformas a España aseguraría la actividad industrial de las tres factorías que el grupo tiene en nuestro país (Vigo, Zaragoza y Madrid) durante la próxima década. “No está tomada la decisión, quedan temas pendientes por cerrar, pero el diálogo es fluido, habitual”, indica Stellantis, mientras que Industria asegura que la “sintonía es total” entre ambas partes. Esta buena relación contrasta con la situación que se vivía hace un año, cuando Tavares, consejero delegado del grupo con sede en Países Bajos, aseguraba que no había conversaciones con el Gobierno español.
Lo que falta para que Stellantis termine de confirmar esta inversión es que se concreten las bases del segundo Perte del motor que el Gobierno prevé tener listo en las próximas semanas. De momento, las nuevas condiciones anunciadas por el Ejecutivo le suenan bien al fabricante, sobre todo la ampliación del plazo de ejecución de las inversiones en tres años, hasta 2028. Esta había sido una condición que impidió a Stellantis presentar este proyecto en la primera convocatoria del año pasado, ya que el plazo terminaba a mitad de 2025. A pesar de ello, el fabricante recibió más de 67 millones en el primer Perte para dos proyectos denominados Tesis y Aries. Para el primero, destinado a su planta de Figueruelas (Zaragoza), recibió 52,2 millones; mientras que para el segundo obtuvo unos 15,2 millones, que fueron a parar a su planta de Vigo.
Otro aspecto que se modificará en el segundo Perte es la inclusión de una nueva línea que servirá para financiar proyectos individuales (una de las quejas del sector era la complejidad del primer Perte, sobre todo la obligatoriedad de aunar muchas iniciativas pequeñas en un proyecto más grande). Además, se aumentará el plazo para presentar proyectos al Perte, tal y como había adelantado CincoDías en enero. A estos cambios se suma el anuncio de la Comisión Europea de que los Estados podrán igualar las ayudas fiscales ofrecidas por terceros estados, en respuesta al potente paquete de incentivos puesto en marcha por EE UU.
La plataforma que pretende traer Stellantis a nuestro país no es otra que la STLA Small. Esto es lógico si se tiene en cuenta que buena parte de la producción del fabricante en nuestro país son vehículos pequeños, como el Opel Corsa o el Peugeot 208 eléctrico. El fabricante tomará la decisión final al respecto en los próximos meses, ya que se trata de una plataforma que empezará a usar en dos años. Por ello, la semana pasada la automovilística anunció la asignación de la plataforma STLA Large (usada para vehículos de gran tamaño) a su fábrica de Cassino, en Italia, que produce coches prémium para Alfa Romero y Maserati.
La llegada de las plataformas de producción de vehículos eléctricos de Stellantis a España abriría, a su vez, la puerta al arribo de otro tipo de proyectos como una planta de baterías que suministre a la producción nacional. “En 2035, todos los coches en Europa tendrán que ser eléctricos, porque así lo ha decidido la Unión Europea (…) por lo que, por supuesto, tendremos que fabricar baterías, no hay dudas acerca de eso. Habrá plantas de baterías en Europa y probablemente también en España”, había dicho en octubre el director de operaciones para Europa de Stellantis, Uwe Hochgeschurtz.
Actualmente, las celdas de baterías utilizadas en las factorías españolas de Stellantis provienen del mercado asiático. Una vez en España, se ensamblan en paquetes de baterías en los talleres que la empresa ha instalado en Vigo y Zaragoza (esta última suministra dichos paquetes a Madrid).
Además de Stellantis, el Gobierno está en permanente contacto con otros fabricantes como Renault. Sin embargo, este fabricante ha pedido algo difícil para el Ejecutivo: que las ayudas del Perte incluyan a los coches híbridos. Para que pueda ser así, el proyecto debería de cumplir con los criterios DNSH, los cuales buscan que no se cause un perjuicio significativo al medioambiente.