La compañía asiática, que se impuso hace un año al fondo saudí Alat y ha conseguido ya la autorización de las autoridades de la competencia de prácticamente todos los países en los que opera, ha fichado al antiguo director de producto de la marca española, Cuerda, como asesor en el proceso.
Teka cuenta actualmente con tres centros de producción en la Península Ibérica, el de Santander, donde fabrica fundamentalmente fregaderos; el de Zaragoza, especializado en la producción de hornos y el de Abeiro, en Portugal, que fabrica microondas y placas.
Estas fuentes explican que «todos los electrodomésticos de marca blanca –frigoríficos, lavadoras o lavavajillas– se importan ya de China o Turquía, donde la mano de obra es más barata, y es posible que tras la entrada de Midea se deslocalice más producción». En este sentido, la planta cántabra es la que puede verse más afectada al ser la que aporta un menor valor añadido.
Así, y una vez que se cierre definitivamente la venta de la división de electrodomésticos, traspasará también su filial Thielmann Portinox, el mayor fabricante de barriles de cerveza de acero inoxidable de España, a la acerera catalana Irestal, según han confirmado diversas fuentes del mercado. El siguiente paso será desprenderse de su filial de grifería de baños Strohm, que lleva meses en venta y cuya facturación en 2022 ascendió a 68 millones. Santander y BBVA tuvieron que salir a finales del año pasado de nuevo al rescate de Teka ante las dificultades para mantener su viabilidad, a pesar de tener casi el 15% de cuota de mercado en España. Con más de 4.000 empleos y fábricas en Santander y Zaragoza, la empresa logró dos nuevos créditos por un importe total de 20 millones de euros para afrontar las necesidades de circulante.