Y es que si Moncloa decidiera usar el escudo antiopas para paralizar la operación, estaría provocando la ruptura de la Asociación Integral acordada por ambos países hace apenas un año con el objetivo de impulsar las inversiones y «fortalecer las alianzas entre las empresas españolas y turcas». La declaración conjunta sellada por ambos mandatarios dio continuidad a la firmada en 2021 e implicó la firma de 13 Memorandos de Entendimiento (MOUs) con el objetivo de llegar a 25.000 millones de intercambios comerciales en los próximos cinco años, impulsando acuerdos empresariales en sectores como las infraestructuras, la movilidad, la transición verde y la transformación digital.
«Para el Gobierno, Turquía es un país prioritario para la cooperación y el desarrollo en sectores específicos debido a su crecimiento económico e importancia estratégica», explicaba entonces el Ejecutivo, que incidía en «una mejora de las relaciones bilaterales entre España y Turquía, concretamente en temas económicos, financieros, comerciales y de inversión que redundan en una mejora del clima para el desarrollo de negocios con Turquía y, por tanto, contribuyen a la internacionalización de la economía española».
Sin embargo, ahora surge el problema de los lazos entre Erdogan y el régimen de Putin en Rusia, que según algunas fuentes, provoca serios recelos teniendo en cuenta que Air Europa está considera una empresa estratégica.