Algunos bancos españoles ya habían cogido carrerilla en la digitalización y se nota en los datos. Así, BBVA gana al Banco Santander, ya que el 76% de sus clientes ya contrata productos de manera digital.
En términos generales, la tasa de contratación digital de productos financieros se situó en el año 2022 en el 50% en los grandes bancos españoles, con algunos de los más digitalizados superando incluso el 70%. Se espera alcanzar el 75% de media en los próximos 5 años, lo que implica que 3 de cada 4 operaciones serán digitales. Sin embargo, por las características de la población española, la omnicanalidad se mantiene como una ventaja competitiva en el sector.
En el caso de BBVA, el banco más digitalizado de España, según el estudio, el 76% de los clientes contrataron productos de manera digital en 2022, 7 puntos porcentuales más que en el año anterior, cuando era el 69%. Es decir, en un año los clientes que utilizan el canal digital para contratar productos digitales han aumentado un 10%. Si miramos en Banco Santander, el aumento ha sido mayor, del 21%. Así, en 2022, el 52% de los clientes contrataron algún producto de manera digital, frente al 43% del año anterior.
No obstante, es en KutxaBank donde más ha crecido la contratación de productos digitales. En 2022, un 43% de los clientes lo hicieron en algún momento, un 27% más que en el año anterior, cuando solo lo hacía un 34%. En Ibercaja, el 41% de los clientes lo ha hecho, un 11% más que en 2022, cuando lo hacían un 36%.
La mayor capacidad de inversión de los grandes bancos españoles se ha visto materializada logrando capacidades digitales superiores al resto de entidades. Carbó, director del Área Financiera y Digitalización de Funcas, refleja lo importante de las ventajas competitivas obtenidas por las principales entidades financieras a través de la digitalización y lo heterogéneo del panorama. “Lo principal es entender que el nivel de digitalización en la banca española es heterogéneo. Las entidades financieras más grandes ya tienen prácticamente integrado el canal digital en la mayoría de sus servicios”, apunta. Sin embargo, en el mercado medio, “la integración del canal digital, aunque ha avanzado notablemente, puede, en algunos casos, necesitar un esfuerzo adicional en los próximos tiempos”.
Mientras la banca tradicional continúa con su digitalización, las entidades bancarias 100% digitales (también conocidas como neobancos) han alcanzado una cuota de mercado del 30%, con un crecimiento de más de un 60% en apenas 3 años. Este aumento se debe a que proporcionan a los clientes niveles superiores de digitalización y experiencia de usuario. El mantenimiento y crecimiento de la cuota de mercado de estas entidades dependerá de la capacidad de estas nuevas entidades de generar beneficios y de ofrecer un portfolio completo de servicios financieros a sus clientes.
Con respecto a la situación de los neobancos, Carbó señala que, pese a su reciente crecimiento de cuota, “llama la atención que no haya aparecido un gran operador en forma de neobanco que de verdad tenga una importancia cuantitativamente notable”. Para Carbó, la aparición de este tipo de competidores será “lo que permitirá vislumbrar con una mayor claridad cómo será la banca del futuro y obligará a los competidores actuales a acelerar su transformación.”
La digitalización del sector bancario ha sido en gran parte posible gracias a la transformación digital que ha ido desarrollando la sociedad española como así lo demuestra su séptima posición en el Índice de Economía y Sociedad Digitales (DESI) elaborado por la UE. El uso de la banca digital ha aumentado un 30% desde la pandemia, situándose ya en el 70% de la población, superior a la media europea (60%), y solo por detrás de los países nórdicos (92%).
El porcentaje de operaciones de pagos digitales se ha doblado en tres años. A pesar de ello, el efectivo sigue siendo el medio de pago dominante con el 65% de las operaciones totales, pero las e-wallets o carteras digitales alcanzan ya el 30% de las transacciones de comercio electrónico.
El informe concluye que la digitalización se ha convertido en un elemento clave para competir con éxito en el sector. El sector financiero español ha avanzado significativamente en la transformación digital, pero todavía hay desafíos que enfrentar, como la heterogeneidad en la adaptación digital, la personalización de los servicios, la ciberseguridad y la gestión de riesgos y cumplimiento normativo.