Y es que hasta ayer, los empresarios, con excepción de la familia del Pino, habían dicho siempre “amen” a todos los caprichos de los políticos, sin protestar, sin reclamar nada, sin protestar por los problemas creados por esta o aquella ley, este o aquel capricho del ministro de turno, como es, sin ir muy lejos, la vicepresidenta tercera con su negativa a que Naturgy se divida en tres o que las nucleares sean las hermanas pobres de la revolución energética de la que pretende ser lideresa.
Pero claro un gobierno que se dice progresista, que tiene un presidente en funciones que se pasa el día poniendo el adjetivo social detrás de cada frase que pronuncia, no podía consentir esta pequeña revolución y sin esperar a nada ni a nadie la jefecilla del banda económica, esa señora que pretende dirigir el BEI y veremos donde terminan sus ambiciones, a sacado los cañones y ha empezado a disparar contra el empresario vasco con toda su potencia y desde su mejor instrumento mediático.
Lo malo es que no contaban con la reacción en cadena de los empresarios que estos días están de presentación de resultados trimestrales y las ruedas de prensa son un instrumento incontrolable para los políticos y muy agradecidas para lanzar un mensaje.
Así que ya tenemos una batalla con varios frentes abiertos y con la clara opción de convertirse en un galimatías de difícil control en el que se pueden decir todo tipo de cosas y utilizar miles de argumentos en favor de las tesis de los empresarios, puesto que son ellos los que crean empleo y riqueza, no así los políticos que pueden verse criticados con fuerza.
En definitiva los caprichos se pagan y el de la vicepresidenta yoyolanda le puede salir caro a Sanchez.