En concreto, la predicción de un crecimiento para este año de cinco décimas con respecto a la del mes de noviembre se alinea con la del Gobierno y los organismos internacionales en el entorno del 0,2% y confirma que a Alemania le está costando arrancar este año. El principal argumento que dio el miembro de este consejo, Werding, en la rueda de prensa de este miércoles es que la economía alemana está atravesando un período de «baja demanda económica» en general. «Los hogares siguen siendo reacios a consumir, mientras que la industrial y la construcción tienen muy pocos pedidos nuevos».
Es cierto que, recientemente, el Gobierno Federal encabezado por el canciller Scholz hizo una pequeña revisión al alza en sus previsiones de primavera, situando la expansión del PIB alemán para este ejercicio en el 0,3%. Por su parte, tanto el consenso de mercado como el FMI prevén que dicha expansión de la economía alemana sea del 0,2%, igual que los ‘cinco sabios’.
Cosa distinta opinan los institutos económicos privados, que en un informe a principios de abril llegaron a decir que la economía alemana «está enferma», pronosticando un avance del PIB del 0,1%, muy próximo a la recesión.
A pesar de esto, no todo es pesimismo. El portavoz aseguró a los medios que la esperanza es que la economía germana tome «cierto impulso» a lo largo de este año, tras haber sufrido una contracción del 0,3% durante 2023. En su análisis, los economistas reiteran que este pequeño impulso venga dado del lado del consumo privado. «Se espera que comience a respaldar la economía a lo largo de este año», puesto que la expectativa es que los ingresos reales «comiencen a aumentar significativamente».
Sea como fuere, Alemania se sitúa como la economía del G7 que menos crecerá durante 2024.
Por lo que respecta al año 2025, los ‘cinco sabios’ también apuntan a un crecimiento del 0,9%, mientras que la coalición encabezada por el socialista Scholz presupone que la expansión del PIB será del 1%. Son valores, cuanto menos, similares en la práctica. En cambio, el consenso de analistas de Bloomberg sitúa la expansión del PIB en el 1,2%, bastante alejado de las cifras oficiales.
La esperanza de que la economía alemana vuelva a coger fuelle a lo largo del año viene de la mano del comercio internacional. En este sentido, el incremento en los costes laborales, sumado a un débil crecimiento de la productividad, serán los dos palos en las ruedas en el camino del descenso de la inflación, alertaron. El Consejo de Expertos estima una tasa de inflación del 2,4% este año y, para el que viene, debería ser del 2,1%. «Suponemos que el Banco Central Europeo (BCE) recortará los tipos de interés este verano, lo que mejorará las condiciones de financiación y estimulará la formación de capital privado», explicó la tercera «sabia», Ulrike Malmendier.
No obstante, el Consejo cree que los recortes de los tipos de interés no empezarán a tener un efecto positivo en la demanda global, como pronto, hasta el año 2025