El menor alza de los precios se produjo a pesar de que el coste de la energía repuntó un 3,3% interanual en julio frente al 2,3% del mes previo, su mayor nivel desde febrero de 2023. De su lado, el encarecimiento de los alimentos se ralentizó, aunque sin un patrón claro entre países.
De este modo, la tasa de inflación subyacente de la OCDE, que excluye el impacto de la energía y de los alimentos frescos, se situó en julio en el 5,5%, cuatro décimas menos que la lectura anterior.