El grupo vasco se encuentra entre los cinco fabricantes que la firma controlada por el Gobierno británico ha invitado a negociar para adjudicarse el suministro de hasta 450 trenes nuevos que operen en el norte de Inglaterra.
Las sinergias entre Northern y la empresa guipuzcoana son máximas después de haber enlazado contratos por encima de los 1.000 millones en la última década. El más destacado, sellado en 2016 cuando la británica operaba bajo la tutela de Deustche Bahn, contempló la fabricación y el suministro de 43 trenes eléctricos y 55 trenes diésel, mientras que el más reciente, firmado en 2023 ya bajo el control público, incluyó el suministro de diez trenes tri-modo -con tracción eléctrica, diésel o baterías-.
Además de CAF, el operador público ha contactado con otras referencias del sector como Alstom, Hitachi, Siemens o Stadler para invitarles a participar en el proceso de adjudicación. A la espera de conocer el presupuesto destinado a este contrato, desde la firma británica esgrimen que han establecido objetivos ambiciosos con el fin de recibir las entregas lo antes posible. Sus planes pasan por iniciar el proceso en los próximos meses en aras de adjudicar el contrato en 2026 y recibir así los primeros trenes en 2030. Este proyecto nace por la necesidad de sustituir de forma gradual a las unidades más antiguas de la flota actual de Northern, la mayoría de las cuales están en servicio desde los años 1980 y 1990, con un ‘mix’ de trenes eléctricos y multimodales (diésel/eléctricos). Desde la compañía, además, se insta a los fabricantes interesados a incluir trenes propulsados por baterías como parte de sus propuestas.
Este proyecto abre una nueva vía de expansión para CAF en el mercado británico, donde ha consolidado su posición en los últimos años a través de contratos cercanos a los 3.000 millones con los distintos operadores del país, que desarrolla en su planta de producción de Newport (Gales). Precisamente, el fabricante español forma parte de los seis tecnólogos que el Adif británico (Network Rail) seleccionó el pasado verano para renovar la red de señalización del país bajo un presupuesto de 4.000 millones de libras (4.730 millones de euros).