El dirigente pidió en el V Foro Catalunya organizado por elEconomista que el cambio en el mix energético vaya acompañado de unas infraestructuras que lo aguanten. El ejecutivo no entró a valorar las causas del apagón, pero sí desgranó algunos de los problemas que tiene la red actual. «Un cambio en el mix tiene que ir unido de unas infraestructuras que aguanten este cambio», señaló. «De ahí a nuestra insistencia en la inversión en las redes de transporte, tanto de alta tensión como de media o baja tensión», añadió.
Y es que las eléctricas hoy tienen limitadas las inversiones que hacen en transporte y distribución. Y todo lo que pase de esta limitación no estaría retribuida. «Falta inversión en ambos campos, de ahí nuestra voz reclamando poder invertir», añadió.
El apagón llegó además en pleno debate sobre la vida de las nucleares en España. «Nuestro planteamiento es práctico, cuando se firmó el acuerdo de 2019 las circunstancias eran muy diferentes. Desde entonces el despliegue de las renovables ha sido más lento, ya no tenemos carbón y las curvas de precio del pool horario detrae la fotovoltaica, por ejemplo», dijo. Con la nueva situación, pide no basarse en «un acuerdo desfasado para decisiones estructurales y muy comprometidas».
Por ello, Naturgy pide alargar la vida de la central de Almaraz hasta 2030 y no se alineó con Iberdrola y Endesa en este campo. «Lo miramos desde el punto de vista técnico; la central podría funcionar con las inversiones como hasta ahora y estos tres años nos darían margen para hacer un análisis más sosegado», defendió. Otra de las grandes diferencias en la situación actual frente a 2019 es el veto al gas ruso de la Unión Europea. Naturgy ha enviado una misiva a la Comisión Europea advirtiendo de que las empresas europeas deberán seguir pagando el gas ruso con los contratos de «take or pay» firmados que, en el caso de la cotizada española, se prolonga hasta 2042.
«Nos llevemos o no nos llevemos el gas, lo pagaremos. Entendemos muy loable buscar soluciones para evitar que el ruso tenga dinero, lo que no puede ser es que con estos contratos vamos a tener que pagar igual y el ruso quizás pueda tener el doble de dinero si lo vende a través de intermediarios», diseccionó. El veto es una dificultad en un contexto al que hay que añadir el potencial impacto de la escalada de tensión entre Irán e Israel. «Lo que vamos a ver a partir de ahora va a ser mucha volatilidad», auguró.
Reynés también analizó la política y realidad energética catalana, marcada durante años por el lento despliegue de las energías renovables. «Obtener un permiso en otras comunidades podía llevar 36 meses y aquí superaba los diez años», lamentó. El ejecutivo pidió contemplar opciones como la hibridación de plantas fotovoltaicas para generar más energía con las mismas ubicaciones, pero alertó del cuello de botella existente en las redes de transporte donde, a su juicio, «hay que incrementar con el esfuerzo inversor». El ejecutivo destacó además sus planes de crecimiento con energías como el biometano, tecnología para la que pretenden ubicar siete plantas más en Cataluña.