Ese reconocimiento a la figura de Felipe VI es lo que pedía una moción del Partido Popular sobre «la debilidad del Estado» en esta comunidad autónoma. La moción aseguraba que «el respeto institucional y la mutua cooperación de las instituciones son fundamentales para la convivencia democrática, la estabilidad política y social y la prosperidad económica».
Pues bien, a los socialistas parece que no ven tan bien que el Rey visite Cataluña. Y eso que Salvador Illa aseguró, cuando fue elegido presidente de la Generalitat, que iba a recuperar las relaciones con la Casa Real, se iba a recuperar, en definitiva, la normalidad institucional y también iba a cumplir las sentencias judiciales. Ahora parece que ni una cosa, ni la otra.
Pero no solo ha votado en contra de ese punto de la moción relativo a la Corona. También ha rechazado mostrar su «reconocimiento» a los servidores públicos de la Administración General del Estado que llevan a cabo su labor en Cataluña; o parar la sustitución de la Agencia Estatal de la Administración Tributaria (AEAT) por la llamada ‘Hacienda catalana’, teniendo en cuenta el sobrecoste que este cambio comportaría por la «duplicidad administrativa de dudosa legalidad».
También ha llamado la atención que los socialistas, junto a separatistas y, por supuesto, Comunes, hayan rechazado que se refuerce y se amplíe la plantilla de la Policía Nacional y de la Guardia Civil en Cataluña para controlar especialmente las fronteras exteriores y la política migratoria. Un refuerzo para que los Mossos, a su vez, puedan destinar efectivos para «reforzar la seguridad ciudadana, la lucha contra el crimen o la multirreincidencia». Pero tampoco eso les ha parecido bien.
Y, en la misma línea, el PSC ha rechazado que los secretarios e interventores municipales continúen perteneciendo al cuerpo de funcionarios con habilitación nacional o que la Generalitat renuncie a la gestión de la política migratoria y otras cesiones que ya se han anunciado y que, recuerda la moción, «son propias de la administración de un Estado, centrando los esfuerzos de la Generalitat en aquellas competencias que tiene y que son propias, como la educación o la sanidad».
Este posicionamiento de los socialistas ha pasado más desapercibido por el espectáculo que ha montado la diputada de la CUP Estrada, al romper una foto del Rey desde el atril del Parlament. Una acción que llevaba a cabo, precisamente, mientras se debatía esta moción del PP que el PSC ha rechazado de plano. De hecho, los socialistas no han dicho ni una sola palabra ni han defendido al jefe del Estado tras la falta de respeto de la diputada antisistema.