El grueso del importe, 1.500 millones, corresponde a CaixaBank. La entidad ha efectuado una emisión de doble tramo: 500 millones en un bono sénior preferente a cuatro años y los 1.000 millones restantes en deuda verde a 10 años. La confianza de los inversores, que está permitiendo a la entidad avanzar en Bolsa un 40% en lo que va de 2025, se ha reflejado también la demanda. Las órdenes de compra han superado los 4.500 millones y ha contribuido a bajar el precio en más de 30 puntos básicos. La referencia a cuatro años partía con un diferencial de 90 puntos básicos sobre el euríbor a tres meses y se ha estrechado a los 65. En el caso de la deuda verde, el diferencial ha bajado desde los 130 puntos básicos sobre mid swap (tipo de interés libre de riesgo) a los 95 actuales.
A lo largo de 2025 CaixaBank ha efectuado otras tres emisiones: 1.000 millones en bonos contingentes convertibles (cocos, en la jerga), 1.000 millones en deuda sénior no preferente y otros 1.000 millones en deuda subordinada. Con esta operación, el banco ha vendido ya nueve referencias con la etiqueta verde, siete de ellas en euros.
Por su parte, Bankinter ha captado 500 millones de euros en bonos contingentes convertibles (cocos), el tipo de deuda bancaria más arriesgado. Estos instrumentos, que combinan características de deuda y capital, son perpetuos, aunque en este caso incorporan una opción de amortización anticipada en junio de 2030.
La emisión se ha cerrado con un cupón del 6% y un rendimiento final del 6,136%, por debajo del 6,5% estimado inicialmente, gracias a una demanda sólida que ha alcanzado los 3.900 millones de euros. En un contexto en el que la rebaja de tipos ha recortado el coste de financiación, los inversores que quieran lograr un rendimiento adicional se ven obligado a elevar el riesgo y la duración.
Bankinter destinará los fondos obtenidos a recomprar un bono AT1 emitido en 2020 por 350 millones, con opción de rescate en enero de 2026 y un cupón del 6,25%, una de las referencias más caras del mercado europeo de cocos.