En concreto, estas cifras permitirán a la ‘utility’ de agua y energía más que duplicar sus previsiones de facturación (2.600-2.700 millones de euros) y de Ebitda (700-710 millones de euros) para este ejercicio 2025.
El grupo afronta así esta ‘hoja de ruta’ para los próximos años después del acuerdo alcanzado el pasado mes de julio para la adquisición del negocio de Iberdrola en México por 4.200 millones de dólares (unos 3.700 millones de euros), en una operación «transformadora» que sienta las bases para la estrategia futura de la compañía, indicó el presidente de Cox, Riquelme.
De hecho, Cox prevé el cierre de la operación de los activos de México para el primer trimestre del año que viene, una vez completados los pasos referentes a la financiación, que avanza según lo previsto y se espera que los bancos presenten sus compromisos finales en las próximas dos semanas, y conseguidas las autorizaciones regulatorias correspondientes. Asimismo, la empresa apunta a un flujo de caja operativo de entre 1.250 y 1.350 millones de euros en 2028, más del doble también con respecto a los 550-560 millones de euros que prevé para este ejercicio.
La ‘hoja de ruta’ de Cox apunta a seis regiones claves en las que focalizar sus inversiones: México, arco Centroamericano, Brasil, Chile, España y Oriente Medio y África.
En España la inversión del grupo en los próximos tres años ascenderá a unos 200 millones de euros, limitada a «algunos proyectos solares, con almacenamiento», así como a la propia suministradora del grupo, añadió Riquelme, que consideró el mercado español como «maduro, con un alto nivel regulatorio y unos niveles de rentabilidad limitados».
Además, añadió una sexta región, Estados Unidos, no contemplada en el plan inversor pero que el presidente de Cox confía «se convierta en un mercado estratégico». En concreto, apuntó que el grupo está evaluando el negocio de distribución de agua así como, en energía, proyectos para generación de energía para centro de datos.