Así se recoge en el Consenso Económico y Empresarial, correspondiente al primer trimestre de 2025, que elabora PwC desde 1999, a partir de la opinión de un panel de 450 expertos, empresarios y directivos. Los panelistas del Consenso Económico y Empresarial de PwC no creen que se haya acabado la senda positiva de la economía española, pero tampoco esperan que se repitan cifras tan altas de crecimiento en los próximos años.
La mayoría -un 74– califica como bueno el momento coyuntural actual y un 5% dice que es excelente. Sin embargo, dentro de un año, el 58% cree que la situación será peor, frente al 38% que dice que se mantendrá como ahora. El 80% indica que el año acabará con una subida que va desde el 2% al 2,6%, un cálculo que lleva a una media del 2,3%, todavía por debajo de la previsión del Banco de España. Para los encuestados, el crecimiento se puede desinflar por las exportaciones. El 47% cree que disminuirán, frente al 43% que sostiene que permanecerán estables. Otro factor que puede verse perjudicado por los aranceles es la competitividad, uno de los «talones de Aquiles» de la economía.
Los panelistas del Consenso Económico y Empresarial de PwC no creen que se haya acabado la senda positiva de la economía española, pero tampoco esperan que se repitan cifras tan altas de crecimiento en los próximos años. La mayoría –un 74%- califica como bueno el momento coyuntural actual y un 5% dice que es excelente. Sin embargo, dentro de un año, el 58% cree que la situación será peor, frente al 38% que dice que se mantendrá.
El 80% indica que el año acabará con una subida que va desde el 2% al 2,6%, un cálculo que lleva a una media del 2,3%, todavía por debajo de la previsión del Banco de España. En noviembre, los panelistas creían que la economía crecería en 2025 entre el 2% y el 2,2%, lo que indica que ha aumentado el optimismo. Y si se pide que indiquen la previsión para 2026, el 63% confía en que España crecerá entre el 1,7% y el 2,2%.
El punto negativo no estará en la inflación, ni en la capacidad de consumo, ni en la falta de mano de obra cualificada. Para los encuestados, el crecimiento se puede desinflar por las exportaciones. El 47% cree que disminuirán frente al 43% que sostiene que permanecerán estables. Otro factor que puede verse perjudicado por los aranceles es la competitividad, uno de los talones de Aquiles de la economía. En la encuesta se percibe un deslizamiento de las respuestas hacia lo negativo para el próximo trimestre: del 14% pasa al 33% los que apuntan que empeorará, aunque el 63% contesta que seguirá igual.
El Consenso pide a los panelistas su opinión sobre la situación económica de las familias. El 50% dice que es buena y solo un 3% que es mala. Además, el 85% dice que seguirá igual en los próximos trimestres. La demanda de vivienda aumentará para un 43%, permanecerá estable para el mismo porcentaje y disminuirá para el 12%. Por otro lado, el 74% destaca que la situación de las empresas es buena, más que antes, y el 25% que es regular; nadie la considera mala en estos momentos, pese a la crispación política.
Los encuestados consideran que los cambios geopolíticos y las tensiones comerciales afectarán a algunos sectores y actividades clave de la economía española. Concretamente, los expertos estiman que la industria de automoción, la agroalimentaria y la actividad exportadora/importadora serán las más impactadas, mientras que el turismo permanecerá ajeno a los efectos del actual contexto internacional. Así, los expertos han coincidido en que la guerra comercial desatada a raíz de la llegada de la nueva Administración Trump tendrá efectos en el crecimiento económico mundial, en el aumento de la inflación y en un deterioro de los resultados empresariales, aunque este impacto será moderado.
El 72% de los encuestados cree que dentro de un año los aranceles entre EEUU y el resto del mundo habrán subido de forma selectiva, que la UE no habrá sufrido incrementos de más del 10%, y solo el 22,4% espera que hayan aumentado de forma significativa, al menos un 20%. Esto se traducirá, según el 54%, en una caída del crecimiento mundial de hasta dos décimas y, para el 77,5%, en un incremento de la inflación por el aumento de los costes de producción. Además, casi la mitad (46%) espera que frene los resultados de las empresas.
Los expertos tienen claro que de este nuevo clima económico no habrá vencedores -ni EEUU ni China-, y sí un gran perdedor: la Unión Europea, según el 80%. De hecho, los encuestados dudan de la capacidad de Europa para mantenerse unida frente a las amenazas comerciales de la Administración Trump: el 64% cree que la UE hará un frente común, pero este no será fuerte por las discrepancias internas, y sólo un 14,3% asegura que no habrá fisuras. Los panelistas, además, prevén un aumento generalizado del proteccionismo y que se conformen nuevas alianzas económicas.
La mayoría de los panelistas de PwC (81%) también creen que el contexto geopolítico influirá de forma significativa en las cadenas de suministro globales que, a medio plazo, tenderán a recolocar la producción en zonas cercanas a las empresas para minimizarlos riesgos. Los expertos apuntan, además, a la apertura de nuevas rutas comerciales como las del Ártico, la Transafricana o la Nueva Ruta de la Seda.
Los encuestados esperan que la inestabilidad afecte también al precio de la energía. El 45% dice que se llegará a una subida moderada de los precios de menos del 10%, mientras que el 30% estima que se mantendrán estables. Un 15% confía en un descenso y el 6%, todo lo contrario, una fuerte subida de precios.