Y con esa base es mas que suficiente según sus entenderes para hacer o que le de la gana tal y como ha declarado hoy mismo delante de un acamara de televisión puesta a su disposición por la entidad estatal para que aclarase a los pocos españoles que le prestan atención que futuro nos espera, y la realidad es que ese día de mañana es más que triste, además de muy deprimente.
Y es que tras cinco años en el poder y de vivir aislado en su residencia oficial solo ve lo que el quiere ver. Da lo mismo que desde todas las esquinas del país, incluidos sus propios compañeros de partido adviertan los errores que se están cometiendo, la absurda deriva en la que se está cayendo, perfectamente definida por el escritor Pérez Reverte en una reciente entrevista con la frase de que Sánchez vende hasta a su madre, pero entrega la nuestra, para percibir donde estamos y que nos puede pasar,
Pase lo que pase, se diga en España o fuera de ella lo que se diga el monstruo de La Moncloa no parara hasta cambiar el orden constitucional de forma y manera que pueda perpetuarse en el poder hasta el fin de los siglos, sobre todo porque es lo único que le importa.
En esas condiciones hay que irse haciendo a la idea de que es mas fácil irse de España como ya se plantean empresas como Repsol o Ferrovial que permanecer sentados en la cómoda silla de nuestra casa como si no pasase nada.
El problema es que el ciudadano de a pie tiene que esperar a que se celebren unas nuevas elecciones para tener, tan siquiera una muy ligera opción de destronar al ocupante de La Moncloa.