Quizá por eso, el hoy presidente del Gobierno de España se encuentre en una dinámica especial en la que lo primero que trata de llevar a cabo es una explicación de lo que pretende y de las actividades que ha de desarrollar para poder mantenerse en el machito del poder durante el mayor espacio de tiempo posible y si son cuatro años completos mejor que mejor.
Así su primer trabajo esta siendo acudir a las televisiones y radios a explicar una y otra vez su manera de entender la política, los compromisos a los que ha llegado y como tiene que trasformar el país que hoy es España, para que sus socios le voten cada vez que lo necesite y así poder cumplir la Legislatura.
Pero la cosa no es fácil, al menos cuando llega a jun palto o estudio en el que el periodista de turno no es de su cuerda, porque ese es el gran problema de este tipo de acciones.
La habilidad de Sánchez y su cara dura para mentir hace que sea difícil cogerle en algún renuncio pero han sido tantas las mentiras que ha ducho y las que dice que las entrevistas terminan siendo una oportunidad para los contrarios a los que se les proporciona munición abundante, tal y como veremos en los próximos encuentros entre el presidente y el popular Feijoo.
Por otra parte, los argumentos de muchas de sus obligadas actuaciones resultan tan manidos y absurdos que al recurrir al ventilador con mentiras veladas hace una especie de bola llena de mierda que nadie se los cree, salvo los ciegos seguidores de los que suman cientos y en ellos se apoya Sánchez.
El problema final es que “a por todas” solo se puede llevar a cabo durante muy poco tiempo y menos cuando el ciudadano lleva sometido a la propaganda política meses y meses y la sensación de cansancio se vuelve en hastió hacia todo lo político y entonces ya no hay solución,