Sin embargo, Sánchez los necesita y ellos a él por lo que cada cierto tiempo unos y otros tratan de limar asperezas y volver al punto de origen. Hace ahora un año y en una reunión a puerta cerrada celebrada en Davos se inició un corto periodo de tranquilidad ya que el jefe del ejecutivo prometió a los empresarios allí reunidos un contexto bonancible para el desarrollo de la actividad empresarial y la creación de empleo. Poco después todo quedaba roto y el divorcio entre empresas y gobierno se instaló con un más fuerza con una vicepresidenta triunfante con sus posturas de izquierdas y el encargo de destrozar a Podemos entre sus garras.
La situación no ha mejorado y el tira y afloja ent unos y otros es constante, quizá por ello Sánchez se ha disfrazado de hada madrina y pretende reunirse con los líder empresariales tras su intervención del miércoles en Davos.
La muestra de empresarios asistentes es bastante potente y entre ella se encuentran Torres Vila de BBVA, y su consejero delegado, Genç. También la presidenta de Santander, Botín, acompañada del consejero delegado de la entidad, Grisi; el CEO de Repsol, Imaz y el de Cepsa, Wetselaar. Por parte de Naturgy estarán presentes Reynés, y el director general de Sostenibilidad, Reputación y Relaciones Institucionales, García Tabernero. Y no faltaron tampoco, Sánchez Galán o Álvarez-Pallete.
El pasado año, en ese encuentro a puerta cerrada bancos y energéticas abordaron las preocupaciones por la incertidumbre económica. El encuentro sirvió como una especie de reconciliación entre Gobierno y empresarios, que hacía meses que no se encontraban en la misma sala. Les había distanciado la crisis energética, la inflación y las medidas dispuestas por el Ejecutivo español para afrontar ambas cuestiones.
Teóricamente los empresarios salieron de allí con alguna promesa, pero estas se esfumaron y es el momento de tratar de recomponer la situación, pero los empresarios no la tienen toda consigo y sus esperanzas son escasas. La disposición de Sánchez puede ser la que sea pero su realidad políticas no deja de ser imposible y eso en un mundo en el que lo que cuenta son los resultados dificulta unos acuerdos y compromisos que la corriente se lleva casi nada mas formularlos.