Un hito en innovación que permitirá a la compañía reducir sus emisiones de CO2 en 211 toneladas durante el año 2024. Además, la nueva botella de Bezoya incorpora un tapón unido a la botella* con una apertura de 180º, que ayuda a su reciclaje, y un cambio de diseño en su etiqueta, donde se pone en valor el ADN de la marca: la mineralización muy débil.
La marca de Pascual fue pionera en el uso de plástico reciclado (rPET) desde el año 2012, convirtiéndose en una de las primeras compañías en apostar por este tipo de material y en ser un referente del sector de aguas en prácticas más sostenibles y respetuosas con el medioambiente a través del Compromiso Bezoya. “Hemos ido dando pasos adelante todos los años. Por ejemplo, en 2022, conseguimos el Sello AENOR 100% Plástico Reciclado en todos nuestros formatos, para potenciar la circularidad de los envases, y la neutralidad en carbono, reduciendo al máximo todas nuestras emisiones y compensando las que la tecnología actual no permita reducir”, apunta Juan Luis González.
De esta manera, en 2023, Bezoya utilizó solo botellas fabricadas con plástico 100% reciclado (rPET), lo que supuso una reducción de 10.300 toneladas de plástico virgen. Esta cantidad representa aproximadamente 427 millones de botellas de plástico virgen y el equivalente a todas las botellas que la marca puso en el mercado -en todos sus formatos- en 2022.
Mientras que para este año 2024, con el lanzamiento de la nueva botella de 1,5L y la reducción de un 5% en su peso, la compañía va a reducir en otras 300 toneladas el uso de plástico reciclado (rPET), lo que equivale a 12,5 millones de botellas de 1,5L al año.