Por ello es difícil de entender que en unas horas y varias reuniones en las que se hablaran mucho y se decidirá poco, se arregle el problema del campo español que ha sufrido un continuo deterioro y un a dejadez por parte de las autoridades de proporciones descomunales.
Si a eso se añade el acoso y derribo que han propiciado las políticas europeas al trabajo de nuestros agricultores se entenderá el porque del deterioro de nuestro campo, Se trata por tanto de un problema de solución a largo plazo, no a corto hy en 24 horas como pretenden algunos.
Si nuestros políticos pretenden que con hacer cuatro preguntas al presidente del Gobierno y al ministro del ramo en el Hemiciclo se resuelve le tema, volveremos a caer en otra profunda sima de cada vez mas difícil solución, pero mucho e temo que las protesta terminaran en una pocas disculpas, tres o cuatro buenas palabras y el problema sin resolver.
La preocupación de los políticos está en estos momentos en otros lugares y la agricultura seguirá siendo el postre de este almuerzo.