En ese contexto no es de extrañar que este miércoles el Gobierno hayua amenazado al PP con no se sabe muy bien qué información sensible. Pero lo mas grave es que si el miércoles pasado era Montero , hoy el gobierno ha dado un salto cualitativo y ha sido el mismísimo Sánchez quien ha amenazado a sus contrincantes. La realidad es que el presidente del Gobierno está furioso contra el PP por los claros ataques a su mujer Begoña Gómez. Así que ha pasado al ataque y desde su escaño ha insinuado que tiene trapos sucios que afectan Núñez Feijóo y a su pareja, Eva Cárdenas. «Cosas», lo llamó él, fuera de micrófono.
Algunos testigos de los hechos señalan que a escena se produjo durante el cara a cara entre la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda y la secretaria general del PP, Gamarra. Montero pidió explicaciones a los populares por una noticia publicada el martes por el diario Infolibre, según el cual la Xunta dio a la empresa gallega Sargadelos una subvención por valor de 114.000 euros cuando Feijóo era presidente y Eva Cárdenas trabajaba para la compañía.
«Qué mentira», se le oye responder a Feijóo desde su escaño, sentado al lado de Gamarra. Montero terminó abruptamente su intervención porque se le acabó el tiempo. En las imágenes del hemiciclo se aprecia cómo Sánchez afea al líder de la oposición que lo niegue: «¿No?, ¿no?». A continuación, el presidente repite seis veces seguidas unas palabras muy nítidas, mientras la bancada socialista aplaude a Montero: «Y más cosas», dice una y otra vez el líder del Ejecutivo sin dejar de mirar a Feijóo, con una amplia sonrisa en la boca y moviendo el dedo en señal de que esto continuará.
Bien hasta ahí los hechos. El problema para Montero y Sánchez es que poco después desde Sargadelos, su presidente desmentía tajantemente estas acusaciones señalando que la empresa cerámica no había recibido en toso ese tiempo ni una sola subvención.
Pero que nadie se ponga nervioso ni el gobierno ni sus termales mediáticas rectificaran, porque lo único que les importa es taponar la enrome herida por la que se desangra esta nefasta época socialista, en la que todo vale con tal de tener el asiento de La Moncloa para uso y disfrute de don Pedro y señora.