Si, si osadía y desfachatez, y quizá nos quedemos cortos en la apreciación pero es curiosos como este camaleón de la política cambia de color y de chaqueta y no se inmuta al hacer afirmaciones en las que se hace duelo y señor de todo lo que pasa y sucede en España asegurando, por ejemplo, que «teníamos razón quienes hemos defendido desde el principio que la superación de conflictos pasados se hace apostando por el perdón y por la generosidad, por la convivencia y por el reencuentro entre catalanes y entre catalanes y el resto de compatriotas españoles».
Es mas en su opinión, “la unidad de España no se construye a base de confrontar unos territorios contra otros, sino de construir un proyecto común de avance social cuyos pilares sean el progreso económico, la justicia social y la convivencia».
Lo curioso es que todo esto le vale para atacar despiadadamente a su enemigo acusándole de ultraderechista y manipulador de informaciones y opiniones que el propio presidente se inventa día tras día gracias al ejercito de asesores que pagamos todos los españoles y si ayer era la fachosfera, hoy resulta que es la muerte del proces, como si Puigdemont no estuviese mas vivo quer nunca gracias a su apoyo y defensa convirtiendo a un prófugo medio muerto políticamente hablando en la llave de la gobernabilidad de Cataluña, al que finalmente le entregara el gobierno de la Generalitat a cambio del sillón en La Moncloa.
Y para colmo de manipulación universal se permite el lujo de insinuar que es importante “reivindicar el modelo de éxito español porque estamos sentando las bases de una nueva prosperidad». No me digan que no deja de ser un personaje digno del estudio y análisis porque su capacidad de auto alabarse raya todo lo conocido hasta hoy.