Cuerpo, en declaraciones a los medios para valorar el cuarto desembolso a España de los fondos europeos por parte de la Comisión, ha querido lanzar un «mensaje de tranquilidad» en cuanto al impacto y la influencia que vaya a tener el Banco de España en las deliberaciones del BCE. «Actuaremos en consecuencia», ha añadido.
Los estatutos del BCE indican que los que sustituyan a los gobernadores de los bancos centrales nacionales tienen derecho a voto cuando se debatan asuntos relativos a la llave de capital, pero en cambio no podrán ejercer ese derecho en el resto de temas, incluida la política monetaria. Esta situación es relevante porque España tiene derecho a voto en todas las reuniones de política monetaria que quedan durante 2024. Las dos próximas se celebrarán el 18 de julio y el 12 de septiembre. En agosto no se celebra ningún tipo de cónclave en el BCE porque suele ser periodo vacacional.
Las dos próximas reuniones del BCE son relevantes por la situación en la que se encuentra el organismo. En su última reunión decidió bajar los tipos de interés a pesar de empeorar sus perspectivas de inflación para este año y el que viene. En las próximas semanas y meses, el BCE debería ganar algo de luz respecto a la política monetaria según haya nuevos datos de inflación y también en función de lo que decida hacer la Reserva Federal de Estados Unidos.
El mandato de Delgado vence en septiembre, por lo que antes de esa fecha el Gobierno tiene que decidir quién será, al menos, el sucesor de Hernández de Cos como gobernador de Banco de España.