Los mercados respondieron disparando los activos de riesgo, aumentando sus apuestas a favor de un recorte de 50 puntos básicos en la reunión de septiembre, y huyendo del dólar estadounidense, que se depreció frente a las principales divisas del mundo. La única excepción fueron las divisas latinoamericanas, que siguen lastradas por el creciente nerviosismo político en torno a los gobiernos de izquierda de Brasil y México.
Con la Fed a punto de relajar su política monetaria, quizás más rápido que los bancos centrales europeos, el escenario más probable es una depreciación del dólar, sobre todo teniendo en cuenta su valoración todavía cara. Esta semana, dos informes clave sobre la inflación a ambos lados del Atlántico pondrán a prueba esta hipótesis. El viernes se publicará la medida de inflación preferida por la Reserva Federal, el informe sobre el gasto personal de los consumidores (PCE) de julio, y la cifra de inflación preliminar correspondiente a agosto de la eurozona.
EUR
Los miembros del Banco Central Europeo se muestran muy prudentes en lo que se refiere a nuevos recortes de tipos, lo que contrasta con el optimismo menos cauto de los miembros de la Reserva Federal. El estrechamiento resultante de los diferenciales de tipos de interés está proporcionando un fuerte viento de cola al euro, que ha roto su reciente rango frente al dólar.
Hay indicios de que las presiones inflacionistas en la eurozona están siendo más fuertes que en EE.UU., y las buenas noticias en el frente económico (en particular, unas cifras del índice PMI de servicios mejores de lo esperado) han eliminado parte de la urgencia del estímulo monetario. El informe de inflación preliminar relativo a agosto, que se publica este viernes, es un dato especialmente importante, ya que los mercados intentan averiguar si el BCE puede permitirse relajar la política monetaria a un ritmo más rápido que un recorte de 25 puntos básicos por trimestre.
USD
El claro giro de la Reserva Federal, que ha pasado a preocuparse más por una posible desaceleración del mercado laboral y (mucho) menos por la inflación, es quizá el escenario ideal para los precios de los activos, incluidas las acciones, el crédito y las materias primas.
La caída de los mercados a principios de agosto está prácticamente olvidada, los inversores compran activos de riesgo y el dólar está cayendo. No estamos en desacuerdo con una tendencia general a la baja para el billete verde, pero creemos que los cuatro recortes que descuentan los mercados para antes de fin de año son excesivos, incluso después de la revisión a la baja en la creación de empleo la semana pasada. Los indicadores de alta frecuencia, como las peticiones semanales al subsidio por desempleo, siguen siendo coherentes con una creación de empleo y un crecimiento del consumo sanos, lo que debería impulsar a la Reserva Federal a recortar los tipos con cautela.
GBP
Los índices PMI de actividad empresarial del mes de agosto demostraron una vez más la buena salud de la economía británica, ya que tanto el sector manufacturero como el de servicios registraron cifras coherentes con un crecimiento sólido e incluso apuntan a una ligera aceleración del mismo.
El Banco de Inglaterra indicó ‘que habrá más recortes, pero mantuvo su tono cauto. Creemos que esto debería ser positivo para la libra, ya que el crecimiento saludable se combina con un banco central cauteloso y lo que probablemente serán las tasas más altas de cualquier economía del G10 durante al menos los próximos meses