La menor propensión a consumir de las familias en régimen de alquiler y de las de mayor renta mantuvo la tasa de ahorro de ahorro de los hogares en niveles históricamente altos en el segundo semestre del año pasado. Sólo entre julio y septiembre aumentó más de un punto hasta el 14,2% de la renta bruta disponible, según el Banco de España. El nivel ahorro sigue siendo elevado en España y en el resto de la Eurozona, en un contexto marcado por la incertidumbre global y por unos tipos de interés que, pese a las bajadas, permanecen aún en niveles altos.
De acuerdo con el ‘Informe de la situación financiera de los hogares y las empresas’, elaborado por el banco emisor el grado de vulnerabilidad financiera de los hogares se sitúa en niveles reducidos desde una perspectiva histórica. En concreto, el porcentaje de aquellos con una carga financiera elevada habría descendido 0,5 puntos desde el año 2022 hasta situarse en el 4,1% en 2024, por debajo de la media de la última década.
Esta reducción es generalizada por nivel de renta, pero más intensa en el quintil de menores ingresos, y se habría debido fundamentalmente al crecimiento tanto de estos como del empleo. De acuerdo con las estadísticas del BdE el porcentaje de familias que destinarían más del 70% de su renta a gastos esenciales (incluyendo, además del servicio de la deuda, los gastos en alimentación, en suministros y el alquiler de la vivienda principal) también habría disminuido con respecto a 2022.
El hecho de que la inflación de los alimentos se haya moderado y que los precios de los suministros también se hayan abaratado ha permitido que esa tasa se reduzca hasta el 15,2%, situándose por debajo de la media de la última década.
El banco constata, además, que la renta bruta disponible por hogar se situó en el tercer trimestre un 5,4% en términos reales (descontando el efecto de la inflación). Se colocó por encima de la media del año 2019, antes de que estallase la pandemia de Covid. En general, la renta de las familias aumentó 8,2% en el tercer trimestre de 2024, moderándose ocho décimas frente al trimestre anterior. En términos reales creció al 4,2%.
El estudio muestra que la revalorización de la vivienda siguió impulsando la riqueza de los propietarios y dificultando el acceso de los potenciales nuevos compradores. Las familias españolas concentran una mayor parte de su riqueza bruta en activos inmobiliarios en comparación con las de la Eurozona. Sin embargo, como los precios de los pisos han seguido aumentando la accesibilidad se deterioró. Con todo y según el organismo, desde el cuarto trimestre de 2023 este efecto se habría visto más que compensado por el dinamismo de la renta per cápita y la disminución de los costes de financiación.
Esto permitió una ligera mejora (de 6,6 puntos en términos interanuales hasta el tercer trimestre) de los indicadores que muestran el grado de accesibilidad a la vivienda en propiedad con financiación hipotecaria, si bien persiste buena parte del endurecimiento acumulado desde que el Banco Central Europeo empezó a subir los tipos en el verano de 2022.
En el área del euro, el crecimiento de la renta per cápita y la reducción de los costes de financiación tuvieron un impacto menor sobre la mejora de las condiciones de accesibilidad en 2024 (7 puntos, frente a 12,2 puntos en España). Sin embargo, al haber subido menos los precios de los pisos que en España desde 2022, el índice de accesibilidad no se ha deteriorado tanto como a nivel nacional desde entonces (19,2 puntos en el área del euro, frente a 25,3 puntos en el caso español).