El proyecto, anunciado por la alcaldesa Chueca durante el debate sobre el estado de la ciudad, se fundamenta en la profunda y rica historia que une a Zaragoza y Aragón con la Garnacha, una relación que se remonta a siglos atrás. «Estoy convencida de que Zaragoza debe aspirar a convertirse en una referencia internacional, también en el ámbito del turismo- El turismo enológico está en alza y se asocia a un turismo de calidad. La garnacha, originaria de la provincia de Zaragoza, es un recurso propio que da lugar a vinos de primer nivel».
Este proyecto se articula en torno a un completo plan de acción que incluye la colaboración con instituciones internacionales como la Organización Internacional del Vino y el Instituto Agronómico Mediterráneo, la creación de rutas de enoturismo, la celebración de un Festival Mundial de la Garnacha en Zaragoza, congresos internacionales y campañas de promoción a nivel nacional e internacional.
La garnacha es una de las cinco variedades de uva tinta más importantes del mundo, y la única según los estudios, de origen español. Su presencia en las tres Denominaciones de Origen de la provincia –Calatayud, Campo de Borja y Cariñena–, sumado al rico patrimonio cultural de Zaragoza, la convierten en un destino ideal para los amantes del enoturismo y la gastronomía. «La garnacha es un recurso autóctono, identitario y universal, que proyecta la ciudad y el territorio de la provincia como un espacio de atracción», añadió Chueca. «Nuestro patrimonio cultural, la ciudad de las dos catedrales, Goya, nuestra gastronomía, hacen de Zaragoza un destino urbano emergente y en crecimiento consistente.
Ya durante la Edad Media, los vinos de Garnacha de las regiones aledañas, apreciados por su calidad, se comercializaban a través de Zaragoza, donde se encontraba la Corte Real del Reino de Aragón. Esto provocó además que la nobleza fuera consumidora habitual de garnacha, elevando el prestigio de la variedad. Esta rica historia se ha transmitido de generación en generación, dando forma a un presente en el que Aragón se consolida como cuna y protectora de la Garnacha. La provincia de Zaragoza cuenta con más de 18.000 hectáreas dedicadas al cultivo de la vid, concentrando una parte significativa de las 35.880 hectáreas que existen en toda la región. Esta extensión refleja la importancia capital de la vid en el paisaje y la economía de Zaragoza.
• Diversidad de Terruños: Las diversas zonas de Aragón, con sus microclimas y tipos de suelo, dan lugar a una rica paleta de estilos de Garnacha. Desde las garnachas de altura de Calatayud hasta las de las terrazas del Ebro en Campo de Borja, la región ofrece un abanico de matices que le reflejan la versatilidad de la variedad.
• Tradición Vitivinícola: La Garnacha está profundamente arraigada en la cultura y la tradición de Aragón. Las fiestas del vino, la gastronomía local y los saberes ancestrales transmitidos de generación en generación son testimonio de este legado.
• Denominaciones de Origen: Aragón cuenta con seis Denominaciones de Origen, tres de las cuales –Calatayud, Campo de Borja y Cariñena– tienen a la Garnacha como protagonista. Estas DO’s, junto a las cinco indicaciones geográficas protegidas, garantizan la calidad y la autenticidad de los vinos aragoneses.
• Impulso a la Innovación: Zaragoza, como capital, lidera la investigación y desarrollo en el ámbito vitivinícola. La Universidad de Zaragoza juega un papel fundamental en el estudio de la Garnacha, su adaptación al cambio climático y la mejora de las técnicas de producción.