A su cuidada y singular cocina se suma un ambiente espectacular. Es un local pensado para todos y para todo: picoteo informal, almuerzo con mantel, productazo y sobremesa, afterwork, la primera copa…
Al traspasar su puerta roja, una moderna barra con una amplia zona de mesas altas con cómodos taburetes, grandes ventanales y altos techos nos da la bienvenida. La barra es el alma de Hueso, ideal para el aperitivo -cada bebida se sirve siempre con snack-, para picar algo o disfrutar de una comida más informal con una propuesta desenfadada y platos para compartir. Ya es cometido del comensal decantarse por las más clásicas o las más canallas. Entre las primeras, llenas de tradición y marcadas por el buen producto, proponen: tortilla -sirven dos versiones-, unas melosas Croquetas de jamón, anchoas -también con dos opciones-, unas espectaculares Alcachofas con salsa de trufa al palo cortado -de la de mojar bien de pan-, jamón ibérico o tabla de quesos. El lado canalla va cargado de emociones, y el joven y profesional equipo de cocina -capitaneado por Stefano y Alonso- sorprende con un crujiente Nigiri de tartar de atún con emulsión de anguila y wasabi; un refrescante Tartar de tomate con burrata y cecina; un ‘viajero’ Vuelve a la vida de gamba blanca; unas bravas servidas a modo de milhojas de patata que gustarán a grandes y pequeños; el tan de moda brioche, que aquí rellenan de cochinita pibil y salsa de tomate verde o un delicado Mini puerro a la brasa con bilbaína.
Dejando la primera planta, subiendo las escaleras a la derecha se encuentra un acogedor salón que debe su nombre a la gran pared de cristal con vistas a la barra y la calle. Este espacio comparte la mayor parte de la carta con la barra, pero aquí se disfrutan en mesa y bajo la profesional mirada de Juan Álvarez, al frente de la sala. La carta continúa con la divertida sección de ‘Raspa y Hueso’, en la que es difícil elegir porque todas las recetas apetecen, así que nada como compartir el sabroso Arroz de gamba roja a la llauna -lo sirven con 2 gambas, pero puede pedirse con más- para seguir descubriendo platos… Los amantes del pescado no se pueden perder el Rape al mojo picón con verduras escabechadas ni la Merluza a la meunière. Quienes sean más de tierra que de mar disfrutarán con el Rabo de toro Madrid-Bangkok y para los 100% carnívoros, el Lomo madurado con salsa de maíz servido sobre un tuétano.
En definitiva, una carta cuidada y corta, perfecta para compartir, que apetece descubrir de principio a fin… Las raciones son generosas, además se sirven por medias en muchos casos y se adaptan al número de comensales. Para el dulce final: tarta de queso, bizcocho de chocolate con plátano y miso y el Tiramisú Hueso -este no debe faltar en la comanda-. Y para acompañar el recetario cuentan con una interesante selección de vinos -a un precio ajustado y que cambia con frecuencia- con referencias nacionales en su mayoría, tanto conocidas como desconocidas y con sugerencias por copas. Otra opción, quizás la mejor, es ponerse en manos de Juan y que nos proponga un maridaje.
Su último espacio, también en la planta superior, y está pensado para vivir una experiencia gastronómica. Aquí tiene más protagonismo el mercado -sin que falten los must de la carta- pero se incluyen recomendaciones fuera de carta nuevas cada semana. Y sí, tiene una chimenea -de ahí su nombre-, una elegante y sobria decoración, y por sus características, puede privatizarse al margen del resto de ubicaciones para eventos.
Hueso
Marqués del Duero, 5. Madrid.
Tel. 91 485 70 58.
www.huesomadrid.com
Abre ininterrumpidamente su zona de barra con snacks de martes a sábado de 13:00 a 00:00 h. La cocina del restaurante funciona de 13:30 a 16:00 h y de 20:30 a 00:00 h. Los domingos y lunes descansan. El precio medio es de 20 € para un picoteo en la barra -las copas desde 7 €-, y en los salones de unos 45 €. Tiene capacidad para 50, 28 y 35 comensales respectivamente. Además, el local se puede cerrar entero o por espacios para la realización de eventos, adaptando a la perfección su gastronomía también al formato cóctel y a las necesidades de sus clientes.