Las naciones del Grupo de los Veinte se comprometieron también a facilitar el acceso a los países en desarrollo a financiación de bajo coste para las tecnologías energéticas limpias y sostenibles, así como a redoblar los esfuerzos para «eliminar progresivamente y racionalizar, a medio plazo, las subvenciones ineficientes a los combustibles fósiles». La lucha contra el cambio climático es un punto clave en la cumbre del G20, cuyos miembros son responsables del 80% de las emisiones globales de CO2.
La falta de acuerdo del G20 antes de la cumbre sobre la forma de triplicar la capacidad de las energías renovables para 2030 había motivado las críticas del presidente designado de la COP28, Sultan Al Jaber, el pasado julio. Las economías del G20 agrupan el 90% del Producto Interior Bruto y suman además el 80% de la emisiones globales de CO2, por lo que sus acciones son consideradas críticas tanto para reducir las emisiones globales de combustibles fósiles como para apoyar la transición de países menos desarrollados.
Por eso los expertos consideran que es fundamental que los líderes del G20 consigan ponerse de acuerdo en medidas como fijar una fecha límite para comenzar a reducir todos los combustibles fósiles. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, reclamó este sábado un mayor compromiso de los países ricos para mitigar los impactos de la crisis climática, durante su intervención en la cumbre del G20.
«Quienes históricamente han contribuido más al calentamiento global deben soportar los mayores costos de combatirlo», dijo Lula, recordando la promesa incumplida que acordaron hace 14 años los países desarrollados para proporcionar 100.000 millones de dólares al año en financiación climática nueva y adicional a las naciones en desarrollo.