Es la conclusión de Ronald Temple, estratega jefe de mercados de Lazard, tras los datos de IPC de enero en EEUU publicados la semana pasada. El experto subraya, eso sí, que la inflación subyacente del PCE (el indicador de precios favorito de la Fed) se ha mantenido por debajo del objetivo del 2% hasta la segunda mitad de 2023, y espera que “continúen los indicios de desinflación a pesar de los datos de enero”. En particular contempla una desaceleración significativa de la inflación de la vivienda dadas las fuentes de datos alternativas, incluidos los informes públicos de beneficios de REIT y los datos del Índice de Alquileres Observados de Zillow, que reflejan sistemáticamente una inflación de los alquileres mucho menor.
Con todo, Temple reconoce que el aumento del 0,85% intermensual de la inflación de los servicios (excluidos los de vivienda y energía) fue “preocupante”, ya que los costes de los seguros de automóviles y los servicios médicos se dispararon. “Podría decirse que el informe de enero fue peor de lo que indica el titular, ya que los precios de los coches usados registraron la mayor caída desde 1969 (-3,4% intermensual), restando 8,6 puntos básicos a la inflación subyacente”, añade.
El estratega de Lazard señala, por otro lado, que las ventas minoristas estadounidenses “significativamente más débiles” de lo esperado en enero, conocidas el pasado viernes, sumado a la revisión a la baja de las de los dos meses anteriores disminuye las preocupaciones de que la economía podría estar “sobrecalentándose” después del informe de IPC y la gran sorpresa al alza de los datos de empleo de enero.
Recesión técnica de Japón y Reino Unido
La entrada en recesión técnica de Japón y Reino Unido puede influir en las políticas monetarias de sus respectivos bancos centrales. “Las expectativas de que el Banco de Japón (BoJ) comience a normalizar su política cambiaron a la baja esta semana, y las subidas de tipos acumuladas en 2024 se estiman ahora en unos 27 puntos básicos. Sigo creyendo que las negociaciones salariales del shunto serán el motor más importante de las decisiones del BoJ respecto a la normalización de la política, pero la debilidad económica sostenida también influirá en su pensamiento”, comenta.
Dada la todavía elevada inflación de Reino Unido (la más alta de los mercados desarrollados, pese a que el IPC de enero se situó 0,3 puntos porcentuales por debajo de las previsiones, en el 6,5%), la flexibilidad del Banco de Inglaterra (BoE) para estimular el crecimiento es limitada, según Temple. “Las previsiones de consenso para el crecimiento del PIB del Reino Unido para todo el año siguen siendo de las más bajas de las principales economías mundiales, con sólo un 0,4%, pero esta estimación podría sufrir un revés porque las expectativas de relajación de la política monetaria del BoE han caído bruscamente en lo que va de año, de 172 puntos básicos en mayo a sólo 65 puntos en agosto”, argumenta.
Referencias de esta semana
Las actas de la última reunión del FOMC que se publican el miércoles podrían incluir información sobre las discusiones iniciales relativas a la reducción del endurecimiento cuantitativo, pero a la luz del informe de inflación de la semana pasada, “los inversores no deberían hacer demasiado hincapié en las señales relacionadas con las discusiones de enero”, apunta. Al día siguiente, el BCE difundirá las minutas de su reunión de enero, que podrían aportar más datos sobre la posible senda de relajación de la política monetaria.
A partir del mismo día se conocerán los datos PMI de la zona euro, Japón, Reino Unido y EEUU, de los que se espera ofrezcan una mezcla de fortalecimiento en terreno contractivo en la zona euro y debilitamiento en terreno expansivo en EEUU. Y se publicarán los precios de la vivienda nueva en China, que han caído en 23 de los últimos 28 meses y es probable que sigan siendo bajos en enero. Temple advierte de que los datos de precios de la vivienda en China no reflejan plenamente los descensos que se han producido en gran parte del país. “Sigo creyendo que la resolución de la crisis inmobiliaria en China llevará de 2 a 3 años, si no más, a medida que los mercados encuentren un nuevo equilibrio. Un factor que complica la evaluación de las perspectivas de la vivienda es también el impacto sobre la confianza de los consumidores, que se ha visto significativamente afectada por las quiebras de promotores inmobiliarios, la caída de los precios de la vivienda y el descontento por la gestión del Covid-19 en China”.