Así lo advirtió el presidente de la siderúrgica, Rafael Villaseca, durante la visita del vicepresidente europeo de industria, Stépahne Séjourné, a la planta del grupo en Castellbisbal (Barcelona). El dirigente reclamó mayor protección a las autoridades continentales ante la potencial inundación de acero y metales procedentes de China. De hecho, Villaseca -del mismo modo que ha hecho otros directivos de empresas europeas en los últimos meses- lamentó que ya se está importando acero chino «subsidiado por el estado» y que no cumple con los estándares medioambientales del continente.
Más en un momento de caída del consumo interno chino que, en lugar de un descenso de la producción, provoca un desplazamiento de la oferta a otros mercados sin medidas proteccionistas como es el europeo.
Celsa se suma a los lamentos de la patronal del sector Unesid. Su directora general, Carola Hermoso, explicaba esta semana a elEconomista.es que «más que afectar a las exportaciones, los aranceles pueden hacer que llegue a Europa producto de terceros países desviado de Estados Unidos». A nivel sectorial, el país norteamericano representa apenas el 3,3% de las exportaciones de la industria del acero española. «Hasta 18 millones de toneladas de producto primario podrían redirigirse a Europa y las ventas comunitarias podrían reducirse en 7.000 millones de euros anuales», cuantificó. En el caso de la compañía catalana, el porcentaje es incluso inferior: supone el 0,65% del total de las ventas. A la espera de las cifras del año pasado, la facturación de 2023 fue de 4.756 millones de euros, por lo que la afectación superaría apenas los 30 millones.
Por su parte, el ministro de Industria, Jordi Hereu, advirtió: «Europa no puede afrontar con ingenuidad o debilidad este debate y, por lo tanto, la política comercial europea, desde nuestro punto de vista, se ve como algo ligado a la política industrial». El dirigente añadió que su equipo hará propuestas para «defender de manera afinada» cada uno de los sectores afectados por las tasas.