Y es que Sánchez, no quiere gobernar, a él le basta y le sobra con disfrutar de los parabienes y grávelas que proporción el poder, pero no el desgaste y las horas de trabajo que comporta cualquier gestión. El, el aclamado, aplaudido y besuqueado caudillo no esta por y para trabajar, sino para disfrutar de todo lo que le apetezca.
¿Que su señora quiere trabajar y ganarse unos durillos? Pues le busca una cátedra y que las empresas de amigos y necesitados de apoyos gubernamentales le financien esa cátedra
¿Que tiene mucho trabajo? Pues le pone una secretaria de confianza con un buen sueldo para que ayude a la señora
¿Que su hermano no tiene trabajo en España? Pues los sociatas de una CC AA en la que mandan crean un espléndido cargo, con una excelente remuneración y se le nombra tras una falsa selección de candidatos para que nadie diga nada y se le nombra coordinador operístico a mayor gloria de. Señor presidente del Gobierno.
¿Que es mucho el trabajo que ha de realizar y el hermano se estresa? Se nombra un adjunto de confianza que haga el trabajo que él Hermanísimo no quiere desarrollar y santas pascuas que para eso don Pedro es el que manda en el país
¿Que el líder está cansado de la television que mangonea y quiere caras nuevas? Pues se entra como elefante en cacharrería del mayor grupo periodístico que, aunque ya es fiel servidor no termina de decidirse y se echa al principal socio y los amiguetes, convenientemente situados en el accionariado se quedan con todo y le dan el, capricho al señorito.
¿Que todo esto puede crear problemas legales? Se manipulan nombramientos y cargos hasta que la fiscalía general, el Tribunal Constitucional y demás órganos judiciales pasan a ser dependientes de la maquinaria sanchista de Moncloa.
Y todo para que luego desde fuera de España un sujeto en busca y captura gobierne a sus anchas y decida como y cuando se aprueban los decretos, los presupuestos y fije la política inmigratoria según le convenga a él, aunque todo ello suponga el mayor ridículo y perjuicio para millones de españoles que no entienden nada de nada y que empiezan a estar hartos de toda esta historia y que quieren un gobierno decente en el que la corrupción no sea el pan nuestro de cada día y que al frente de ese equipo, haya alguien con un poco de sentido común y sentido del deber que ejerza como presidente de gobierno de mas de cuarenta millones de ciudadanos, y no de su familia y de sus amigos.
Parece sencillo, pues no lo debe ser cuando esos cuarenta millones sueñan con que algún día eso sea realidad