La aplicación del tope al gas para la generación de electricidad, vigente en España y en Portugal desde el pasado 15 de junio, ha supuesto un abaratamiento de la factura de la luz en España de unos 209 euros por hogar desde su implementación, según los cálculos de EsadeEcPol, el centro de investigación de política económica de Esade.
Esto se debe a que el precio medio de la electricidad en ausencia del mecanismo ibérico hubiese sido un 31,8% más elevado. «Esto se corresponde con un ahorro de unos 209 euros por hogar. Asumiendo 10 millones de hogares en tarifa regulada (cifra de enero de 2022), estaríamos ante un ahorro total de casi 2.100 millones. Si había menos, unos 9 millones (cifra de agosto) el ahorro se estimaría en 1.880 millones», ha agregado la institución.
Este abaratamiento del precio de la energía en España también ha tenido impacto en la evolución de la inflación y, según EsadeEcPol, debido a la implementación de esta medida el incremento medio del coste de la vida en 2022 fue 0,3 puntos porcentuales inferior.
«España habría cerrado en el 8,7% en lugar del 8,4% (de inflación media anual). Recordemos que la Eurozona tuvo una inflación media del 8,38%, cerrando en un 9,2% interanual, siendo esta última solo de 5,7% para España», apunta el informe. Sobre ello, los analistas de EsadeEcPol señalan que el mayor peso de la electricidad en el gasto de los hogares de ingresos bajos implica que «cualquier variación de su precio les afecte de forma desproporcionada».
A ello se añade que ese sector de la población se encuentra
sobrerrepresentado entre quienes tienen contratado el PVPC (mercado regulado), ya que uno de los requisitos para acceder al bono social eléctrico es estar acogido a dicha tarifa.
«Esto supuso que en 2021 la escalada del precio de la luz y otros productos energéticos elevara la inflación de los hogares más pobres
dos puntos porcentuales por encima de la de los hogares más ricos», han indicado.
Consumo de gas natural
No obstante, la aplicación del mecanismo ibérico ha tenido como contraprestación un mayor consumo de gas para la generación eléctrica
en centrales de ciclo combinado, lo cual, según el informe, es un indicativo de que el incentivo a un mayor uso de esta fuente
energética seguiría existiendo, «con el consiguiente conflicto entre el objetivo de ahorro en la factura de los hogares y el de ahorro general en el consumo de gas para la economía española y europea».
Sin embargo, en los últimos meses el uso diario de gas se ha acercado al que «habría cabido esperar» sin el tope al gas. «Es decir, el mayor incremento se localizó en los meses de verano, lo cual sugiere que la imposibilidad de recurrir a fuentes como la hidroeléctrica por la sequía de esos meses pudieron influir en el recurso extra al gas», considera el informe.
La estimación de la institución académica también indica que sin el mecanismo ibérico el precio de la energía en España «habría sido ligeramente» superior al de Francia en «casi todo momento» desde mediados de septiembre, lo cual «sugiere» que la «elevada exportación» de 2022 podría deberse, en parte, «al menor precio de la electricidad en España gracias a la compensación pagada por los hogares» nacionales.