Un problema que impacta en el medioambiente, la seguridad vial y el avance hacia una movilidad sostenible. El coche español envejece y lo hace a gran velocidad. La edad media del parque de turismos en España se sitúa en 14,5 años (frente a los 14,2 años de 2023), según el último Informe Anual 2024 publicado por la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac). Una cifra preocupante que confirma el continuo deterioro del parque móvil nacional.
Actualmente, casi 13 millones de turismos que circulan por las carreteras españolas tienen más de 15 años de antigüedad, y el 62,8% de los vehículos supera los 10 años. Es decir, más de 16,6 millones de coches siguen en uso pese a contar con tecnologías obsoletas, mayores emisiones contaminantes y menores niveles de seguridad.
Este fenómeno no afecta por igual a todo el territorio. Solo cuatro comunidades autónomas mantienen una edad media del parque por debajo de la media nacional: Madrid (11,5 años), Cataluña (14,1), Comunidad Valenciana (14,2) y Baleares (14,2). En el otro extremo, Ceuta y Melilla encabezan el ranking del envejecimiento con 17,7 años, seguidas de Castilla y León (16,6) y Extremadura (16,3).
La concentración de vehículos antiguos se intensifica en algunas regiones. En ocho comunidades autónomas, siete de cada diez turismos en circulación tienen más de 10 años. El caso más extremo es Ceuta y Melilla, donde esta cifra asciende al 76,3%, seguido por territorios como Galicia, Asturias, Castilla-La Mancha, La Rioja y Navarra, con porcentajes superiores a la media nacional.
Pese al crecimiento del mercado de vehículos eléctricos e híbridos enchufables, su presencia en el parque español sigue siendo marginal. A finales de 2024, apenas el 1,6% de los 31,3 millones de vehículos en circulación eran electrificados, lo que supone una mejora de tan solo 0,4 puntos porcentuales respecto al año anterior.
Madrid lidera en electrificación con un 4,1% de su parque motorizado, seguida de Cataluña (1,7%) y Baleares (1,5%). En contraste, regiones como Ceuta, Melilla y Extremadura apenas alcanzan el 0,4% y 0,5% de vehículos electrificados, reflejando una gran brecha territorial en la adopción de tecnologías limpias.