Pues bien, tras escuchar al presidente en el Parlamento uno llega a la conclusión de que su proyecto de España poco tiene que ver con el proyecto de pais que entre muchos españoles se intentó construir a partir de 1978 y que, curiosamente, el actual presidente de gobierno, nacido a raíz de aquellos deseos trata de volar desde sus cimientos.
En su opinión, y lo ha dicho en sede parlamentaria, por lo tanto lo ha querido recubrir de un gran manto de solemnidad, muchos españoles “estamos empeñados en ocultar los buenos resultados del gobierno y su ausencia de proyecto político bajo el ruido, la calumnia y la crispación», según ha lamentado, para después asegurar que su Gobierno seguirá «trabajando para resolver sus problemas y que España siga avanzando». «Detrás de la cascada de fango que a menudo ven los ciudadanos en sus pantallas, hay y seguirá habiendo un gobierno y un Estado trabajando. Con un proyecto claro y completo de país», ha presumido.
Además, no le ha quedado mas remedio que lamentar el hecho de no contar con una aritmética «parlamentaria más holgada» , habría que decir , gracias. Dios, y ha subrayado, como no, que le gustaría tener una «oposición menos tóxica y más constructiva, que aportara alguna propuesta de vez en cuando, para elevar el debate público y mejorar el bienestar de nuestros ciudadanos. No es así. Y es una lástima».
Lo que cabría preguntarse es como el destructor de la democracia española es capaz de, en su cinismo, decir este tipo de barbaridades cuando en unos pocos años ha entrada a saco en todos y cada uno de los poderes para dominarlos, ha colocado a sus amigos y socios en todos los consejos de administración que ha podido y ha sobornado a todo aquel que se ha dejado y ha dejado cual solar media España, esa que él quiere cambiar por la nueva que esta fabricando a marchas forzadas para perpetuarse en el poder todo el tiempo que pueda.