Malabrigo es el elixir que tomar para rendirnos a los encantos de este tesoro que emana de la tierra; la añada 2019 es la última que ha lanzado al mercado. Elegante, equilibrado y lleno de matices, este vino es el más emblemático de la bodega vallisoletana; su fuerte personalidad marca un antes y un después en todo aquel que lo prueba, que se queda prendado del sello inconfundible de su terroir y del toque único que le aporta su creador, José Moro: «El vino es el gran catalizador de las relaciones humanas y nosotros a través de Malabrigo queremos llegar al corazón de las personas, despertar emociones y que cada brindis sea un momento único e irrepetible», afirma el presidente de Cepa 21. Esta referencia de altura, que forma parte de la gama alta de la bodega, trata de llegar al alma de los amantes de los buenos brindis, y por supuesto de encandilar a los noveles, con una experiencia única en la que el mundo vinícola se viste con sus mejores galas.
La crítica nacional e internacional ha revindicado el podio para esta referencia irremplazable. El tinto de José Moro ha conquistado y conquista los certámenes con excelentes puntuaciones; por ejemplo, consiguió 94 puntos en los Decanter World Wine Awards 2022, uno de los galardones más reconocidos del sector, y 93 puntos de James Suckling, uno de los críticos especializados en vino más influyentes del mundo. Malabrigo destaca por su elegancia, que queda marcada en cada copa y que refleja el carácter de Ribera del Duero y de la filosofía de Bodegas Cepa 21.
Moro tiene todo a su favor para hacer historia y convertir en leyenda a su tinto más potente. Como presidente de la bodega, está entregado a Cepa 21, un proyecto vitivinícola innovador que le ilusiona de forma especial desde que lo concibió, siendo Malabrigo una de sus grandes creaciones en esta nueva etapa y un fiel reflejo de ese mantra que resuena en su mente: «Hay que dejar huella para alcanzar la cima».
Igual de intensa que la relación padre-hijo es el vínculo forjado entre este vino y su creador. La primera añada de Malabrigo vio la luz en 2009 y, desde entonces, esta unión ha ido in crescendo y retroalimentándose de una y otra parte. «Es un vino con alma», destaca José Moro. Solo las mejores uvas tempranillo de la parcela Malabrigo están implicadas en la elaboración de esta referencia; esto, unido a la experiencia, el conocimiento y la destreza de Moro, da como resultado un vino redondo que ha ido evolucionando y creciendo a la par que el bodeguero. Su complejidad, pero con un equilibrio excepcional, cautiva en cada sorbo y, al igual que la vida misma, tiene una historia que contar. Malabrigo es el vino de las mil historias: la de Castrillo de Duero, la de José Moro, la de Cepa 21, la del terroir vallisoletano… Sin embargo, alude a un único sentimiento: la pasión.
Cepa 21 fusiona la experiencia vitivinícola con una arquitectura moderna y vanguardista. Nace del amor, el legado y la experiencia de José Moro, que busca elaborar vinos de una calidad excepcional y con una protagonista indiscutible, la variedad tempranillo. Malabrigo, ubicada en Castrillo de Duero, es una de las parcelas más especiales por el carácter de la uva que se obtiene en cada cosecha. El terreno se caracteriza por un suelo arenoso-arcilloso, a lo que se suman las duras condiciones climatológicas del entorno, con grandes oscilaciones térmicas entre el día y la noche. Todos estos aspectos hacen que en esta parcela el concepto de terroir alcance valores sorprendentes y otorgue a este vino una gran personalidad. A pesar de que 2019 se caracterizó por las escasas lluvias y temperaturas por encima de lo normal, el resultado de la uva tempranillo recolectada fue extraordinario.
Este Ribera del Duero realiza su fermentación alcohólica en depósitos de acero inoxidable durante 26 días a temperatura controlada. Posteriormente, hace la fermentación maloláctica durante 30 días en barrica de roble francés, al igual que la crianza también en barrica de roble francés. Respecto a su apariencia, Malabrigo 2019 presenta un intenso color rojo cereza picota muy cubierto. En nariz se aprecia la incidencia de la climatología de la añada, con matices especiados y aromas a fruta negra perfectamente integrados. En boca es un vino de equilibrio, con calidez y amabilidad, pero a la vez con peso y potencia. Un gran tinto varietal con una evolución en copa excelente.
P.V.P. botella: 31,90 €
SOBRE CEPA 21
Situada en el pueblo de Castrillo de Duero, en Valladolid, Cepa 21 tiene como objetivo elaborar vinos de altísima calidad y cuidar al detalle todos los elementos que intervienen en la vinificación: desde la selección del terruño y la uva hasta un control pormenorizado de los procesos en viñedo y en bodega. El edificio, elegante y sobrio, está perfectamente integrado con el paisaje y equipado con la más moderna tecnología. Por su situación geográfica, domina un paisaje de cincuenta hectáreas de viñedo propio plantadas con cepas centenarias de la variedad Tinto Fino, una de las más puras del clon tempranillo. Suelos propios de Ribera del Duero, altitudes y pendientes y una filosofía de trabajo que no utiliza ningún tipo de producto residual en la plantación dan como resultado vinos con toda la tipicidad de Ribera, eso sí, pasada por el crisol de la revolución vitivinícola de los últimos años.