Así, si analizamos porque Sánchez trata de engañar a propios y extraños con su movimientos y artimañas y una vez que las vaciamos de las tensiones y calentones con las que cada uno las asume, nos daremos cuenta que lo único que queda es ese valor propio de la moneda, tanto vales, tanto te pago de forma y manera que en función del valor que en cada momento le proporcione al habitante de La Moncloa, así la considera y estima.
Y es que para Sánchez nada vale sino n o es susceptible de ser cambiada por algo que a él le interesa. Que nadie busque mas que ese valor monetario y si no lo quiere ver que piense que ha sido, por ejemplo de Pablos Iglesias o Yolanda Diaz.
Han sido sus grandes aliados, ambos le proporcionaron de manera notable su ascenso y llegada a La Moncloa. Hoy Iglesias esta políticamente defenestrado y dedicándose a montar bares o tascas en los barrios lumpen de Madrid. Mientras, Diaz ha sido utilizada para propiciar el terremoto en la izquierda llamado Sumar y que supuso la muerte política del líder teórico de esa progresía ansiosa de llegar al poder y disfrutar de él. Con el paso de los meses ya no es útil, ya no genera votos, pues ya se escuchan las primeras voces descalificadoras y pronto la veremos en el exilio político.
Es decir, tanto me vales, tanto te valoro. Agotada tu valía eres desterrado al frio exterior y todos tus “caprichos y lujos” que el poder te otorga desaparecen y si no que le pregunten a Abalos.