Según han confirmado distintas fuentes sindicales, el encuentro de este jueves fue una primera toma de contacto que sirvió para poco más que para establecer el reconocimiento de las partes que negociarán el nuevo convenio colectivo, dado que el actual es una prórroga del anterior y expira el próximo 31 de diciembre. Sin embargo, las fuentes sindicales consultadas coincidieron en señalar que la compañía ya ha reconocido de forma oficial que habrá un plan de salidas en Telefónica. El próximo lunes, 27 de noviembre, a las 16.30 horas, la operadora trasladará a los sindicatos más información acerca de «cuáles son las necesidades de la empresa» en relación con la adecuación de plantilla que quiere realizar.
Sin embargo, la compañía no ha trasladado todavía a los representantes de la plantilla ni el número de empleados que estarían afectados por el plan de salidas -fuentes del mercado apuntan a unos 5.000 trabajadores- ni el formato con el que se realizará. En ese sentido, la posibilidad que tiene más peso en estos momentos es que las salidas se concreten a través de un expediente de regulación de empleo (ERE), en lugar de un plan de salidas incentivadas (PSI), como ocurrió en 2021, la última vez que la compañía ejecutó una medida de este calado.Los sindicatos coinciden en que, en principio, el formato ERE sería más beneficioso para los trabajadores, aunque se mostraron cautos a la hora de tratar este asunto dado que la empresa todavía no se ha pronunciado en un sentido u otro. «Lo que va a marcar la elección (del formato) es que sea beneficioso para los objetivos de la compañía».
Otra de las implicaciones del modo que se elija finalmente tiene que ver con que el ERE tendría un cauce de negociación distinto al del PSI, dado que este último se puede dialogar en paralelo en el marco las conversaciones para el nuevo convenio colectivo. En este contexto, los sindicatos recalcaron que su principal objetivo es conseguir un convenio colectivo fuerte. Así, UGT destacó en un comunicado que la definición de un marco laboral para el periodo 2024-2026 es «más necesaria que nunca en un momento de creciente incertidumbre generada por una regulación ineficaz y dañina, por la competitividad del mercado español, el escenario incierto del resto de operadores que en él operan y, finalmente, el proceso de la entrada de nuevos actores en el accionariado de Telefónica (en relación al grupo árabe STC y a la posibilidad de que entre la SEPI)».
«Hemos exigido a la empresa que despeje las dudas y la inquietud generadas en la plantilla tras la celebración del ‘Capital Markets Day’, clarificando la afectación que el plan estratégico presentado tiene para las personas trabajadoras de las tres jurídicas», agregó la organización. En esa línea, la empresa reconoció ante los sindicatos que tienen un «excedente funcional» de puestos de trabajo y que necesita adaptar la plantilla a las «necesidades reales de la compañía». De hecho, algunas de las negociaciones entre los sindicatos y la compañía que están encima de la mesa en estos momentos tienen que ver con el cierre de 108 centros de «baja ocupación» repartidos por «toda España» en el marco de su plan de racionalización de edificios que significaría la reubicación de 266 empleados.
El cierre de estos centros de «baja ocupación» están ligados a un escenario marcado por transformaciones como el apagado de la red de cobre por parte de la compañía previsto para 2024, la robotización y la automatización.
Otro asunto que está en negociaciones es la reorganización del servicio de atención al cliente de Telefónica, cuya pieza central es el teléfono 1004. Sobre este asunto, se ha planteado que los casi 300 empleados ligados a este departamento, encuadrado en el área de B2C (relación con clientes), pasarán al de B2B, encargado de atender las solicitudes de pymes.
Las fuentes del mercado apuntan que la operadora provisionará más de 1.000 millones de euros para encajar el mencionado plan de salidas, una cifra a la que se sumarían en torno a 200 millones de euros vinculados a un plan de bajas voluntarias para el área de corporativo, es decir, empleados del entorno del equipo del presidente de Telefónica, Álvarez-Pallete, y también de directivos de filiales, entre otros.
El plan de ajuste del área corporativa, que incluiría a directivos, gerentes y gestores, tiene carácter discrecional y podría afectar a un mínimo de unas 300 personas, según las mismas fuentes, y busca adelgazar un sobredimensionado equipo directivo.