“El aspecto más interesante de los mercados, en las últimas dos semanas, han sido a las reuniones de la Reserva Federal, El Banco de Inglaterra y el BCE, y la sorpresa fue significativa. La Reserva Federal hizo un claro pivote hacia recortes de tipos y dejó claro a los mercados que el ciclo de subidas no solo había terminado, sino que se preparaban para recortar tipos en la primera mitad de 2024. De hecho, las expectativas de la propia Reserva Federal de recortes de tipos en 2023 pasaron de uno en la anterior reunión a tres, un cambio verdaderamente significativo. Eso fue un contraste bastante fuerte”.
“Por su parte, el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra dedicaron gran parte de la reunión a sugerir que el mercado se estaba adelantando demasiado en poner precios a las rebajas de tipos y que la inflación no estaba controlada todavía en ninguna de las dos zonas económicas. De esta manera, transmitieron un mensaje al mercado casi opuesto al de la Reserva Federal. Es una dicotomía muy curiosa, incluso difícil de entender, porque la evolución económica es casi la contraria: en Estados Unidos vemos una economía boyante, creciendo por encima de su potencial con pleno empleo, estímulos fiscales y déficits fiscales mucho más altos que en la eurozona o el Reino Unido y, por el contrario, en el otro lado del Atlántico las economías, no tanto la británica, pero desde luego la de la eurozona, se encuentran en el mejor de los casos estancadas e incluso, según los últimos índices de actividad económica que estamos viendo, es muy posible que acusen una recesión técnica en este trimestre”.
“Realmente lo más interesante del año 2024 será ver cómo se resuelve esta aparente contradicción entre el mensaje que lanzan los bancos centrales y el estado de sus economías”.