Durante un año, todo tipo de maquinaria como tractores, cosechadoras o cargadoras telescópicas utilizarán estos combustibles cero emisiones netas para demostrar que son una opción que reduce de forma inmediata las emisiones del sector agrícola. La iniciativa ha sido presentada hoy en Campus New Holland, la finca que la marca tiene en Segovia y que utiliza como banco de pruebas y centro de formación desde el año 2006. Cada año pasan por estas instalaciones cientos de agricultores y vendedores de su red de concesionarios. Un equipo de científicos de ambas compañías y de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) evaluará el comportamiento del combustible renovable tras cuatro meses de uso en la maquinaria, en condiciones reales. Se medirán parámetros como el rendimiento, la potencia y el consumo gracias a los sistemas de telemetría que incorporan los tractores de New Holland.
Las emisiones se obtendrán gracias a equipos específicos que aportarán los científicos de la UCLM. Estos datos se almacenarán y analizarán para obtener conclusiones, comparando las prestaciones y las emisiones del combustible renovable frente al combustible convencional (gasóleo B).
La compañía multienergética, que está inmersa en un proceso de transformación, tiene en la economía circular uno de sus principales pilares para alcanzar las cero emisiones netas en 2050. Fabrica estos combustibles renovables utilizando como materia prima distintos tipos de residuos orgánicos procedentes del sector agroalimentario y forestal o aceites usados, entre otros. El pasado mes de enero, Repsol y ASAJA firmaron un acuerdo de colaboración para buscar soluciones que mejoren la gestión de subproductos de la agricultura y la ganadería en entornos rurales y poco poblados. Repsol analizará el potencial de estos residuos y subproductos para incorporarlos a la fabricación de combustibles renovables y materiales circulares en sus complejos industriales, impulsando así la economía circular y generando nuevas oportunidades en el sector primario. De esta manera, la compañía persigue un doble beneficio. Por un lado, promueve una gestión eficiente de residuos agrícolas y ganaderos con el desarrollo de la economía circular en España, a través de la creación de nuevas cadenas de valor que inducen empleo, especialmente en zonas rurales.
Y por otro, los combustibles renovables ofrecen, de manera inmediata, una solución para aquellos sectores, territorios y consumidores que no tienen otra opción a su alcance a corto o medio plazo, como puede ocurrir en el sector agrícola. Además, la producción de combustibles a partir de residuos refuerza la independencia energética de cada país, en este caso España. Todos los combustibles renovables que produce Repsol están certificados y auditados para asegurar el cumplimiento de los parámetros de sostenibilidad y reducción de emisiones de CO2 definidos en la directiva de renovables (RED) y la trazabilidad de las materias primas y residuos que se incorporan a la cadena productiva, desde su origen hasta el producto final. Así se garantiza la sostenibilidad de todo el proceso.