El impacto positivo de la actividad de Iberdrola en la sociedad se refleja, además de en su apuesta por un modelo sostenible que fomente la economía y el empleo, en la aportación a las arcas públicas que conlleva su actividad en todo el mundo. La contribución fiscal de Iberdrola ascendió a 7.500 millones de euros en 2022 a nivel global, lo que equivale a un 40% del beneficio antes de tributos y Seguridad Social. Su aportación a las arcas públicas supuso casi el doble del resultado neto del grupo.
Tal es el compromiso, que Iberdrola contribuye con más de 20 millones de euros en impuestos al día en 2022, es decir, más de 600 millones de euros cada mes. Si se analizan los últimos cinco años, la compañía ha destinado más de 39.000 millones de euros al pago de impuestos.
Esta cifra total de contribución fiscal contempla, por un lado, los tributos propios de la compañía, que ascendieron a los 3.255 millones de euros en 2022 y los tributos recaudados a través de su actividad, que se han situado en los 4.203 millones de euros. La contribución fiscal es especialmente relevante en España, donde destina un 49% del beneficio, siendo el país con mayor presión fiscal de todos aquellos en los que invierte. La contribución tributaria directa, unida a la indirecta y a la indiciaria, asciende a más de 15.300 millones de euros, lo cual supone un incremento de 1.300 millones de euros respecto del ejercicio anterior, un 10% más que el año anterior.
Iberdrola hace frente a más de 100 tributos diferentes en el mundo. El Impuesto sobre Sociedades no es el único tributo que grava a Iberdrola, aunque sí uno de los más relevantes. En 2022 ascendió a más de 1.000 millones de euros a nivel global.